El ejercicio contrarresta los efectos de la depresión y la ansiedad por varias razones:

  1. Estimula el flujo de endorfinas y neurotransmisores, que provoca sentimientos de placer corporal.
  2. Aumenta la temperatura del cuerpo, lo cual tiene un efecto relajante.
  3. Levanta la autoestima. Establecer y mantener rutinas de ejercicio te lleva a proponerte metas. Cumplir dichas metas y/o mejorar tu condición física generará confianza.
  4. Te distrae de los pensamientos negativos agobiantes.
  5. Hacer ejercicio fuera de tu casa te da la oportunidad de interactuar con otras personas. Socializar es sumamente importante, y aún sonreírle a cualquier persona mientras caminas por la pista o por áreas residenciales puede cambiar tu estado de ánimo.
  6. Es una manera saludable de lidiar.  Muchos recurren a las bebidas alcohólicas o a encerrarse en sus cuartos para lidiar con situaciones difíciles, estos métodos pueden empeorar la depresión.

¿Qué tipo de ejercicio es el mejor?

Cuando se habla de “hacer ejercicio”, podemos pensar en levantamiento de pesas o correr por ciertas distancias. Aunque estos ejercicios pueden ser muy efectivos, no es la única manera. Si no estás acostumbrado, puedes intentar otros métodos. Todo lo que implique salir de tu habitación, levantarte del sofá y sudar, funciona. Ejercicio puede ser lavar el auto, jugar con tu perro, llevar tu hijo al parque o a jugar en el patio, ¡hasta la jardinería funciona!

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Incorporar el ejercicio en tus rutinas también ayudará. En vez del elevador, puedes subir las escaleras. En vez de pasar 15 minutos buscando un estacionamiento cercano, puedes dejar el auto un poco más lejos y aprovechar la caminata.

¿Cuánto tiempo es suficiente?

30 minutos o más de ejercicio, de 3 a 5 días a la semana, puede hacer una gran diferencia en tu estado anímico. Integrar ejercicios más vigorosos, como correr o la bicicleta, puede aumentar los resultados.

¿Cómo comenzar?

Es natural que el ser humano se resista a los cambios, el reto de comenzar una rutina de ejercicio no es la excepción. Siempre es recomendable consultar con su médico antes de integrar ejercicios a su estilo de vida y discutir los resultados.

  1. Identifica lo que te gusta. Si te propones mantener una rutina de ejercicio, asegúrate que involucre actividades que disfrutes. ¿Estarías dispuest@ a pasar un tiempo razonable en el gimnasio o preferirías actividades al aire libre? ¿Disfrutarías el tiempo a solas o preferirías algún deporte como el baloncesto o el voleibol?
  2. Establece metas razonables. Considera tu realidad, reconoce cada adelanto  y no dejes que incumplimiento de metas te frustre.
  3. No pienses que el ejercicio es una tarea. Si visualizas esta actividad como una responsabilidad, puedes sentir fracaso en el caso de no cumplir con metas. Visualízalo como una sesión de sicoterapia, una herramienta para alcanzar un mejoramiento personal.
  4. Confronta tus barreras. ¿Qué te ha detenido cuando has intentado comenzar rutinas similares en el pasado? Puede que desees comenzar a desarrollar tu condición física en la privacidad de tu hogar, o puede que necesites a alguien que te acompañe y te dé apoyo. Como quiera, no debes dejar que factores semejantes limiten el alcance a tu felicidad. Siempre hay alternativas. Por ejemplo, si las finanzas te cohíben, realiza actividades libre de costo como caminar.

Tu salud es esencial.

Por Héctor Alfredo Millán

Referencia:  http://www.mayoclinic.com/health/depression-and-exercise/MH00043