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Muchas veces nuestro pensamiento nos lleva a tomar decisiones necias (Prov 15:21).  Nos aconsejamos a nosotros mismos y son sólo nuestras experiencias y nuestros deseos los que trazan el curso de nuestras vidas.  Es por eso que pudiéramos tomar decisiones que nos llevan a calles sin salida.  Visite un centro de rehabilitación y escuchará historia tras historia de personas que hicieron lo que no debían, lo que no querían.  Actuaron sin tomar en cuenta consecuencias.  Actuaron sólo contando con su propia asesoría.  Como resultado se dañaron a sí mismos y a los suyos.  Cuando estudiamos la historia aprendemos de personas que vivieron experiencias dolorosas y difíciles, y las utilizan para ayudar a otros.

Piense en cómo sería nuestra vida si no hubiera personas que contaran sus experiencias, sus rumbos y sus presentes (sus finales felices).  A estos llamamos testigos, personas que fueron partícipes o videntes de historias contundentes, que los llevaron a la cárcel, hospitales, enfermedades o testigos de muertes, de los cuales otros pueden aprender.   El evangelio se nutre de personas que sufrieron dificultades, pobreza, opresión, violencia, abuso, crímenes o encarcelamiento por causa de su fe.  También encontramos historias de personas que escucharon al Dador de Sueños, al Dador de Vida y cambiaron su trayectoria.  Así se convierte una situación difícil en un testimonio. El dolor pasará y quedará el recuerdo.  Esto se logra por medio de nuestra respuesta a la situación.

Enfocarnos en salir de la situación para seguir adelante es la clave.  Aquello que quiere el hombre pudiera contraponerse a la voluntad inquebrantable de Dios, voluntad que siempre es agradable y perfecta. El someternos a Su voluntad producirá resultados positivos.  Todas las cosas les ayudan a bien para quienes aman al Señor (Romanos 8:28).  Dios utiliza todas y cada una de tus situaciones para glorificarse.  No importa cuál sea la situación que vives hoy, somételo a Su autoridad y El obrará.  Cada vivencia tuya puede obrar para edificar la vida de otros.

Tus circunstancias difíciles abrirán el camino para llevar otros al camino de luz que es Cristo Jesús.  Escucha su voz, actúa de acuerdo a ella y testifica de los resultados.  Tu voz es necesaria para ayudar a otros.