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En el artículo anterior (Junio 2011) presentamos las oportunidades para la creación de empleos adicionales que pueden ofrecer las nuevas compañías creadas por el empresarismo.  La definición más sencilla de empresarismo que usamos es el proceso de crear una nueva idea de negocio, comenzarlo y operarlo hasta hacerlo exitoso.  Ofrecimos 5 consejos para quienes se han decidido por dedicar sus talentos al desarrollo de su propio negocio: 1. no quedarse solos, 2. preparar un plan de negocio por escrito, 3. adquirir experiencias de trabajo, 4. contratar los servicios generales a otras empresas y 5. mantenerse motivados aun en tiempos difíciles.

En este artículo vamos a presentar la necesidad de modificar el entorno para fomentar la creación de nuevas empresas en Puerto Rico y apoyar a las personas que han decidido invertir sus recursos, ideas y esfuerzos personales en actividades que crean nuevos empleos.  Debemos ponernos de acuerdo para crear un entorno favorable a los empresarios y comerciantes para que éstos puedan sentirse apoyados para establecer nuevos negocios y establecimientos comerciales.

Un estudio del Profesor Jonathan King en el 2003 encontró que en Puerto Rico existía mucho menos de la mitad del número de empresas que en estados de los EEUU con población similar.  Los estados en el estudio incluyeron a Colorado, Kentucky y Carolina del Sur.  Las posibles razones para esta enorme diferencia que el Dr. King señala son la inestabilidad que genera la falta de acuerdo con la relación con los EEUU (Estadidad, Asociación o Independencia) y la infraestructura social (las instituciones y las políticas gubernamentales) en Puerto Rico.  La frecuencia del cambio de gobierno entre los dos partidos principales que ocurre desde el 1970 ha producido una falta de continuidad de los programas una administración a la próxima.  Ya que en todo momento hay cientos de empresarios y comerciantes en trámites para conseguir los permisos para sus negocios, los cambios en reglamentos de las agencias afectan el establecimiento de los nuevos negocios.

Robert Hall y Charles Jones en un estudio para el Banco Mundial en el 2003 concluyeron que el entorno o infraestructura social provee los incentivos para motivar las actividades productivas, o en su defecto pueden estimular comportamientos negativos como la corrupción.  Mucho nos gustaría poder debatir esta propuesta en el ambiente gubernamental de Puerto Rico.  Pero las investigaciones por las agencias locales y federales han encontrado serios casos de soborno de políticos a las empresas para la aprobación de proyectos y la otorgación de contratos.  De otra parte, también se reconoce lo difícil que se hace para las empresas  obtener todos los permisos necesarios para comenzar un nuevo negocio.  Este ambiente o entorno puede desmotivar la iniciación de nuevas empresas o la operación fuera del sistema (subterráneas).

El Dr. King también trae a nuestra consideración su opinión de que ante un entorno social como el que ha existido en Puerto Rico en los últimos 30 a 40 años, los jóvenes debaten si se preparan académicamente para una profesión que les permita la movilidad dentro y fuera de Puerto Rico, o se empeñan en crear y comenzar un negocio en Puerto Rico.  La elección por profesiones de alta movilidad a los EEUU es algo que podemos confirmar cada año durante las graduaciones de nuestras universidades y con el aumento dramático en el número de estudiantes en las instituciones universitarias que también se han multiplicado en los últimos 30 años.  Otro dato que es necesario añadir a nuestro análisis es la reducción de la base industrial de manufactura al perderse los incentivos de la Ley 936.  Como resultado miles de profesionales recién graduados se mudan a los EEUU a continuar estudios y a trabajar en las ciudades con mayor población.  Ingenieros, maestros, médicos, enfermeros y graduados en sistemas computadoras son ejemplos de lo anteriormente descrito.  Las diferencias entre los puertorriqueños sobre el estatus han reclamado otros miles de víctimas: los desempleados y los que ya perdieron la esperanza en lograr un empleo digno.  Por supuesto esto también promueve un aumento en criminalidad.

Lo presentado hasta ahora debe motivar a los políticos y los líderes de nuestra sociedad a comenzar un dialogo y repensar que podemos hacer para cambiar el entorno y la infraestructura social de Puerto Rico.  Nuestras oportunidades para aumentar la base de empleos para nuestros compatriotas tienen que abrirse para motivar a empresarios y comerciantes a crear, comenzar y desarrollar nuevos negocios.

El dialogo también debe incluir a nuestros nuevos empresarios y comerciantes para seguir motivadolos ante un entorno difícil, pero debemos movernos para conseguir las ayudas estratégicas y financieras necesarias, y sobretodo no perder el entusiasmo.  Un Puerto Rico diferente sí es posible.

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