encadenados.org

Cuentan que una vez Satanás se reunió con todo los males, y les dijo: “¡YO tengo que vencer el AMOR! Tengo que trazar un plan para vencerlo, necesito Males dispuestos y fuertes para matarlo”. Entonces levantó la mano la Infidelidad y dijo: “YO te lo traigo en 3 meses”, entonces el Diablo le dijo: “Ve…”. Pasaron los tres meses y llegó la infidelidad con las manos vacías. Entonces Satanás le preguntó: “¿Pero qué paso??”, la Infidelidad le dijo,” Yo envolví al hombre con una mujer preciosa, a ella la envolví con un hombre hermoso. Todo estaba según el plan: moteles, mucho sexo, detalles… pero cuando todo iba a la perfección e iban a separarse para siempre, surgió el amor, se perdonaron y me venció”.

Entonces levantó la mano la Codicia y dijo: “Yo te lo traigo en 2 meses”. Salió la Codicia hacia ellos y regresó en 2 meses con las manos vacías. Satanás le preguntó: “¿Pero qué paso??”, la Codicia le cuenta: “Bueno, envolví al hombre en muchas cosas materiales. Le di un puesto mejor, más dinero, un carro de último modelo… A ella le di una casa más grande, más comodidades, un trabajo más flexible y cuando todo iba según planeado y los tenía a punto de cada cual salir de la vida del otro, surgió el Amor y me venció porque reconocieron que nada de eso valía la pena”.

Entonces sale la Discordia y dice: “Yo te lo traigo en un mes y medio”. Sale la Discordia hacia allá y regresa con las manos vacías. Satanás, ya molesto, le preguntó: “¿Pero qué paso ahora??”, la Discordia le dijo: “Bueno, yo me metí entre ellos, los hice pelear y discutir hasta por lo más mínimo: que si por celos, que si por los nenes, que si por el trabajo, que si por las finanzas… y así se pasaban casi todo los días. Cuando los tenía casi a punto de fatigarse entre ellos, surgió el Amor nuevamente y me venció”.

Entonces se levanta un mal alto, fuerte y con un sombrero que le dice a Satanás: “YO te lo traigo en 1 mes”. Al pasar de un mes, llegó ese mal con el Amor en las manos agonizando, desangrándose lentamente, con los ojos casi cerrados y se lo pone a los pies a Satanás. Al verlo, Satanás sonríe, aplaude y empieza una fiesta en el infierno. De momento manda a parar la música y dice con una voz fuerte: “Hemos vencido al Amor, lo tenemos agonizando a nuestros pies y aún no conocemos el nombre del mal que lo hizo.” Entonces señala hacia una esquina donde está parado ese mal solo a media luz y le dice: “Ven acá y celebra con nosotros, pero sobre todo dime quien eres”. Entonces ese mal se le acerca y se quita el sombrero. Grabado en su cabeza tenía un tatuaje con su nombre: “La Indiferencia”.

A veces nosotros mismo hacemos que las indiferencias marquen la diferencia en nuestros corazones. Dejamos que se apodere de nosotros haciendo que las verdaderas razones que tenemos para continuar se vayan disipando en nuestro andar y todo lo que hemos luchado en la vida simplemente queda a un lado, dejando el amor tan puro y genuino que un día se conoció a los pies del mal, agonizando fuertemente. Permitimos que esas indiferencias vayan matando poco a poco el Amor…