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Nada se compara a la frustración de saber que hemos abandonado nuestros sueños. Tal vez fue por situaciones o necesidades imprevistas, o por las consecuencias de nuestras propias decisiones, pero el deseo de volver a caminar en pos de nuestras metas personales siempre rondará los pensamientos. Pero luego de habernos alejado tanto, ¿cómo empezar de nuevo? Compartiré unos puntos claves que me han ayudado a regresar a lo que quiero:

1. Identifica el sueño

Este primer paso suena mucho más simple de lo que realmente es. Puede haber muchísimas razones por las cuales se tuvo que abandonar el sueño, y una pudiera ser que sencillamente el proyecto, de la forma en que se ejecutó inicialmente, no funcionó. ¿Por qué no funcionó? ¿Qué se trató de lograr? ¿Cuáles fueron los obstáculos que lo impidieron? Una estrategia que se utiliza para comenzar una empresa es llevar el producto a su forma más simple. Lamentablemente, queremos correr antes de gatear. Queremos abarcar tanto que nuestros esfuerzos se escurren entre lo desconocido. Tal vez tu obstáculo principal es tu competencia, ¿en qué están fallando? Debemos identificar nuestras fortalezas para dirigir nuestros esfuerzos de forma que nos mantenga dando pasos firmes hacia un crecimiento paulatino pero seguro y saludable. Debemos identificar nuestras debilidades como retos para no tirarnos al vació de ofrecer lo que no tenemos.

2. Identifica la causa de abandono

En mi caso personal, y tal vez sea la canción popular actual, la necesidad económica me llevó a desviar mi atención de mis proyectos y a invertirla en un trabajo a tiempo completo. Si nos dejamos llevar por la pirámide de Maslow, nuestras necesidades más fundamentales son las fisiológicas: necesitamos comer para vivir. Sin embargo, nuestra hambre física no cancela nuestra hambre por autorrealización. Hay un tiempo para todo, pero tenemos que ser buenos administradores de dicho tiempo para no descuidar las tareas que garantizan nuestro sustento pero también poder desenvolvernos en lo que queremos.

3. Nada se logrará sin una decisión firme

Quieres lograr tu sueño, pero tienes que aceptar que conquistar tu “tierra prometida” requerirá ganar batallas difíciles. Las batallas conllevan sacrificios, tal vez mucho en ti tendrá que morir para alcanzar lo que quieres. ¿Estás dispuesto a sacrificar el poco tiempo libre que te queda? ¿Estás dispuesto a cortar los gastos y eliminar tus gustitos? Debes considerar la satisfacción que sentirás de aquí a un tiempo al poder decir: “esto aquí es mío”.

4. Planifica

Luego de haber identificado el sueño, el objetivo principal, los obstáculos y las fallas del ayer, ahora a diseñar un nuevo plan. Reevalúa el plan original y ajústalo a tu realidad actual. Identifica lo innecesario y elimínalo. Cambia la forma de lo que no funcionó para adaptarlo al hoy. Recuerda: comienza con la forma más simple y manejable. Trabaja con lo que puedes trabajar hoy pero planifica tu crecimiento con fechas metas de lanzamiento de nuevas etapas.

5. Sé disciplinado

Sólo tú eres el dueño de tu sueño, tú eres el jefe, eres el supervisor. Sólo tu conciencia juzgará tu desempeño, pero no será sutil a la hora de criticarte. Si vuelves a perder el enfoque, recordarás las veces que lo has intentado sin dar en el blanco. La disciplina se trata de perseverar en el intento, se trata de levantarse sin importar las repetidas caídas. Cada caída te ayudará a identificar debilidades, lo cual te ayudará a dirigir tu esfuerzo de forma cada vez más eficiente.