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Un mejor ambiente de trabajo motiva. La motivación de los empleados tiene el potencial de mejorar la eficiencia de la organización, lo que a su vez tiene el potencial de mejorar las ventas y la productividad, lo que a su vez mejorará las probabilidades de que sigamos teniendo trabajo. ¿Te gusta cobrar?

Interaccionamos día a día con el recurso más valioso en el planeta y a la vez el más inestable: la gente. Ahora, 3 principios aplicables para mejorar el ambiente laboral:

1. No podemos exigir lo que no damos, no podemos dar de lo que no tenemos.

El proceso comienza en tu interior. La actitud con la cual llegues al trabajo al comenzar tu turno tiene el potencial de determinar la atmósfera de tu día entero. Claro, probablemente tengas que solucionar muchísimos problemas, muy posiblemente ocasionados por otros, pero tu propia templanza te puede proteger de ser herido/a y de herir a otros innecesariamente. El desarrollo de tu propia templanza es un proceso que se basa en la aceptación de las circunstancias reales de la vida. Aclaro, aceptación no equivale a conformismo. No siempre estaremos conformes con dichas circunstancias, debemos aceptar también que cambiarlas requerirá que nosotros mismos hagamos cambios. Si tu corazón está lleno de inconformidad, debes esmerarte en alcanzar el máximo de tus capacidades. Si no sabes dónde comenzar, pide ayuda. Los colegios, escuelas técnicas, universidades y agencias de trabajo gubernamentales contratan consejeros para asistir a las personas en sus búsquedas de dirección vocacional. Comenzar a dar pasos en pos del estado ideal te llenará de la satisfacción de que, aunque no te gusta donde estás, estás haciendo lo propio para alcanzar lo que quieres lo antes posible.

2. Ponte en su lugar.

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Luego de que hayas preparado tu interior para enfrentar los retos del día a día con el mejor ánimo, ahora puedes ayudar a otros. Sin embargo, en la mayoría de los lugares de trabajo hay un individuo/a que simplemente es difícil de tratar. Posiblemente sus compañeros le tengan sobrenombres como  “agriado” o “gruñona”, y las fricciones que esta persona haya tenido con los demás la pudieran estar aislando. Para no intentar hacer ningún acercamiento, puede que sea más fácil pensar que dicho aislamiento es deseado. Tal vez así se eviten muchos roces, pero, ¿esto no hace que el trabajo sea más difícil? Esta persona está ahí porque se le han asignado unas tareas que son parte de las operaciones de la empresa y, de alguna forma u otra, todas las tareas institucionales están interconectadas. Por ende, todos sus empleados, a su vez, están interconectados y se espera que colaboren a favor del funcionamiento eficaz de la organización. Esta persona, al igual que tú, ha sido contratada porque tiene unas destrezas que lo capacitan para realizar su función. Esta persona, al igual que tú, es humana. ¿En algún momento te has preguntado por qué es así? Difícil tarea la de descifrar los pensamientos de los demás, tal vez resulte más efectivo ofrecer una ayuda. ¿Pero cómo?

3. Hay poder en tus palabras. (Anteriormente había escrito sobre el poder de la lengua

No hay que ser sobre-espiritual, ni tener un grado en consejería para poder ayudar a otro ser humano a través de una conversación. No todas las personas estarán igualmente dispuestas a abrirse en un diálogo, y la prudencia es vital para identificar el tiempo y el lugar adecuado para ofrecer una ayuda, pero la confianza necesaria para que se dé dicho dialogo se puede ir creando, simplemente al cambiar el saludo.

Menospreciamos el potencial del saludo, lo tomamos tan casual, pero la realidad es que es una oportunidad para ofrecer un desahogo. Debemos evitar las preguntas cerradas como “¿estás bien?”, ya que solo abren paso a dos contestaciones: sí o no. Contestar con un siempre resultará más fácil y se limita la capacidad de libre expresión. Por lo general, al preguntar “¿Cómo estás?”, responder “bien, ¿y tú?” fluye natural, pero, ¿le estamos dando la oportunidad a la persona de decirnos realmente cómo está? El lenguaje corporal puede hacer la diferencia. Mantener una postura de frente al receptor y un contacto visual fijo le darán a conocer que verdaderamente estás interesado en saber. La genuinidad de tu interés puede abrir paso al desarrollo de una confianza que permitirá conversaciones cómodas y de desahogo, sonrisas, chistes y una disposición a colaborar libremente en las tareas operacionales.

Mejoremos nuestros ambientes

Actualmente, las oportunidades laborales están escazas (escasez= más demanda que oferta). Miles se gradúan todos los años de las universidades e ingresan el campo competitivo del desarrollo profesional con la esperanza de crecimiento. Lamentablemente, para muchos, sólo chocamos con la dura realidad de que nuestro bachillerato o maestría nos sirve para asegurar esa posición que requiere un cuarto año de escuela superior. Trabajes dentro o fuera de tu área de especialidad, una actitud de agradecimiento nos sirve para valorar ese empleo que nos ayudará a pagar las cuentas, que es en sí, una buena señal de vida.

por Héctor Alfredo Millán