Chic@ siempre estás apurad@.  Parece decir el mundo a cualquiera de nosotros.  Prisa es un gen añadido a nuestro organismo, a nuestra idiosincrasia, a nuestra manera de vivir y comportarnos.  Nunca nos alcanza el tiempo.  ¡Bueno, depende para qué!  Nuestra cultura premia la ocupación.  Mientras más ocupado estés, mas importante te ves.  Trabajo, quehaceres hogareños, actividades extracurriculares de los niños, tus intereses personales, compras y la lista crece . . .

En medio de tanta ocupación y de tanta preocupación, cabe señalar que preocuparnos nos ocupa de día y de noche.  Falta de empleo, con empleo pero el dinero no alcanza.  Sin hijos y procurando quedar embarazada, con hijos pero descarrilados, solo en el mundo, con familia, pero hay que muchos problemas tienen.  Soltero y mirando, casado pero sigo mirando.  En fin, en medio de la rutina o en momentos difíciles, al final del sufrimiento o en el cumplimiento de tus sueños; la única alternativa es esperar.  Esperar, esperar tiene que esperar.  Esperar significa tener esperanza, es permanecer en el lugar que estás, creyendo que alguien vendrá o que algo va a suceder.  Pero ah, es que lo que espero o deseo lo quiero ahora. ¿Te identificas?  Yo sí.

¿Cómo reaccionas cuando algún obstáculo impide lo que tenías en mente?

¿Cómo tratas las personas que se interponen entre tu deseo y su cumplimiento?

¿Qué haces con ese obstáculo que te impide avanzar?

No hay de otra, paciencia.  ¡Ay que palabra! Paciencia es una virtud, es una palabra que encierra poder, sin embargo es menester cultivarla pues solita no se consigue.  En mi carácter personal acepto que muchas veces me cuesta.  Si le preguntaran a mi media naranja el diría, bueno mejor pregúntenselo.

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Según (Gálatas 5:22-23) la paciencia es un fruto espiritual que se desarrolla.  Los bebés nacen sin ninguna.  Nuestro nieto de cuatro meses piensa que cuando él despierta todo se paraliza y solo su necesidad o deseo cuenta, pero no es así.  Ya se está dando cuenta que tiene que esperar.

La paciencia es “esencial” en todos los aspectos de nuestra vida.  He aquí algunas reacciones a la falta de paciencia y mis recomendaciones:

Demoras: Dios nos enseña paciencia.  Él espera que respondamos con calmada aceptación en medio de nuestras situaciones. Las demoras parecen sin sentido, molestan, incomodan, pero Dios las utiliza para ayudarnos a madurar. ¿Te identificas? Demostraciones de irritación: enojo, Palabras soeces, Insulto a personas que no pueden resolver . . . Éstas son solo algunas versiones de rabietas infantiles. Cada vez que sientas que estás guardando enojo en tu corazón, recuerda, esta es una buena oportunidad para elegir una respuesta madura en vez de actuar como un niño.

Deseos: Un aspecto muy importante de la paciencia es que nos enseña a aplazar la satisfacción inmediata. El Señor desea que armonicemos nuestros deseos con los de Él.  La próxima vez que sientas la tentación de satisfacerte, detente y pregúntale al Señor que quiere Él para ti.

Relaciones. El amor es paciente y lo demuestra. Cada vez que lidias con personas que no reaccionan, no te tratan, no te hablan como esperas o crees merecer, detente.  La tentación de responder con enojo será nuestra primera reacción, sin embargo recuerda cuantas veces el Señor ha sido paciente contigo. ¿O no?

Adversidades. La mayoría de nuestros periodos de espera son triviales, pero a veces son situaciones de impacto. Enfermedades que  parecen no tener mejoría.  Relaciones que continúan tensas, ese empleo que no aparece.  Una señal de madurez es poder mantenernos en calma en medio de adversidades o sufrimientos. Esto no significa quitarle mérito a su situación, sino que en medio de esa situación podemos esperar y confiar  en Dios. No es resignación fatalista, se trata de fe firme en el cumplimiento del propósito de Dios.  Tomar atajos para escapar de las dificultades o los sufrimientos, nunca es una respuesta a los problemas.

Razones por las cuales necesitamos paciencia:

  •  Para manejar nuestras relaciones
  •  Para resolver diferencias
  •  Para protegernos de decisiones torpes
  •  Para perseverar en la oración
  •  Para tener paz y equilibrio
  •  Para alcanzar fuerza y soportar el sufrimiento

La oración rara vez obra de acuerdo a nuestra agenda. Ponerle plazos a Dios no es una buena estrategia. Muchas bendiciones se desvanecen porque no sabemos esperar. Cuando pienses que Él está tardando, calma, nunca llega tarde y continúa siendo fiel.  Siempre recibiremos lo que necesitamos de la mejor manera posible.  No desmayes y continua orando, la oración del justo es poderosa y puede mucho.

Cualidades necesarias para responder con paciencia:

  • La fe.  Confía en el tiempo de Dios
  • La sensibilidad.  Poder ver más allá de las circunstancias. Cuando nuestras situaciones son vistas desde la perspectiva de Dios, la sabiduría se hace presente, guarda nuestro camino y nos protege de decisiones insensatas.
  • La obediencia (¡que difícil!). Obediencia significa decir sí a Dios y no a tus deseos.
  • El valor.  En vez de escoger soluciones rápidas, procurar conocer la voluntad de Dios y cumplirla.
  • La perseverancia.  Soportar duele. Cuando las situaciones se alargan, saber que Dios está en control es la única manera de recibir bendición y sentir fuerza.
  • La longanimidad.  Esto alude a la generosidad.  Tratar siempre con amor y respeto, evitar tomar venganza, o ventas indebidas

Para terminar, aunque tengo mucho que añadir, los beneficios que se obtienen de desarrollar paciencia, son muchos.  Para vivir una vida rica en satisfacciones que son tanto tangibles como intangibles, los exhorto a procurar y capitalizar en las oportunidades diarias de desarrollar paciencia.  Les aseguro que sus relaciones serán enriquecidas, tu carácter transformado, sentirás paz, alegría y gozo en el corazón y serás equipado para servir como Cristo espera que lo hagamos.

Espero que estos artículos ayuden a encontrar estrategias efectivas para trabajar con asuntos del diario vivir.  La Revista Lo Esencial desea proveer ayuda idónea para afrontar las situaciones cotidianas.  Que la paz del Señor esté en sus corazones hoy y siempre. Este artículo fue inspirado por la Revista En Contacto edición del mes de marzo 2012.

Dios les bendiga en su paso a lograr el fruto espiritual llamado paciencia.

por Nydia Millan