Los sábados estoy limpiando las áreas verdes de una propiedad de 2.5 cuerdas que pronto abrirá operaciones como un centro de vivienda asistida para envejecientes. El dueño anterior compró el terreno y construyó 2 edificios diseñados específicamente para atender las necesidades de personas de edad avanzada: barandas en todas las paredes, pasillos anchos para facilitar el paso en silla de ruedas, accesos para ambulancias, habitaciones para acomodar a alrededor de 50 residentes, estaciones para enfermeras y cuidadores, recibidores, áreas comunes y recreativas, salones de conferencia y oficinas para terapias, comedor amplio, cocina industrial con almacén… todo lo óptimo. Hace casi 4 años que el negocio está abandonado. Los dueños nuevos, mis padres, encontraron la propiedad en un listado de fincas reposeídas y valientemente prepararon un plan de negocio para adquirirla.

¿Qué le sucedió al dueño anterior del negocio? Hemos escuchado varias historias de personas que conocían del lugar, y aunque nadie nos ha querido contar concretamente lo sucedido, sabemos que ocurrió un incidente, un domingo, que desencadenó una serie de acontecimientos que llevaron al cierre de operaciones.

Desenredando un enredo comercial

Tanto tiempo de abandono da lugar a que la naturaleza implante su propio orden. Esto significa yerba de 5 pies de altura, árboles con ramas en lugares no deseados, y enredadera. Mucha, mucha enredadera. Mirémoslo desde otra perspectiva: el descuido y la falta de atención da lugar a situaciones incomodas. Cuando tenemos una idea innovadora de negocio o estamos en etapa de desarrollo de un nuevo proyecto, requiere muchísimo análisis para contemplar todas las variables y los posibles resultados de alteración. Por ejemplo: “¿Qué sucederá si un cliente elige X opción? “¿Qué sucederá si un empleado elige Y?” En base a este tipo de análisis es que se elaboran los manuales de procedimientos operacionales. Muchísimo se descubre en el día a día que no se pudo prever antes de comenzar, pero se intenta estar lo más preparado posible en cuanto a qué hacer a la hora de que surjan conflictos. Prevenir la mayor cantidad de conflictos posibles es la mejor forma de manejarlos, es la mejor técnica de sobrevivencia.

Cambiando y ampliando la perspectiva

Tuve muchísima dificultad desenredando un árbol para poderlo podar. Juraba que toda la enredadera llegó a las ramas desde el suelo. Lógico, ¿no? Corté y corté las enredaderas que vi subir desde la tierra hasta el árbol pero aun así, cuando fui a halarlas, no cedían. Intentaba cortar la rama del árbol con todo, ¡y tampoco! No fue hasta que me moví de lugar que pude ver mi estorbo: había una gran enredadera, un sistema elaborado de revolú que había corrido desde las ramas del árbol de al lado y se habían adueñado del que intentaba podar. Fue toda una cuestión de perspectiva, ángulo de visión.

Surgirán muchísimos interrogantes a la hora de contemplar las posibilidades operacionales. Haz tu mejor esfuerzo por buscar todas posibles soluciones y cuando creas que ya comprendes perfectamente, preséntales tus ideas a profesionales en administración de empresas y a personas sabias que tengan una amplia perspectiva. Te aseguro que saldrás con una lista nueva de posibles conflictos: “¿Qué sucederá si mi competencia elige X?” “¿Qué sucederá ante cambios tecnológicos que permitan a los consumidores elegir Y?”

Break on through to the other side

Nos preparamos lo mejor posible para los retos que confrontaremos. Ante interrogantes que solo podremos contestar al atravesar la situación, ahí digo como Jim Morrison: “Break on through to the other side”.

http://www.youtube.com/watch?v=DtsZYCEWqZs

¿Qué tipo de enredo comercial has tenido que desenredar con cierta dificultad?