robbieabed.com

Las circunstancias, las circunstancias… ¡qué mucho nos quejamos por las circunstancias! Nos enfocamos en la economía global porque está muy débil, en la familia porque no hay apoyo y están todos perdidos, en la pareja porque es buena pero no sirve… :-p bueno, somos todos víctimas de las fuerzas externas que nos agobian y limitan.

No todo es externo

He estado estudiando las diferentes teorías de consejería y psicoterapia. Algunas, como la psicoanalítica de Freud, proponen que los problemas que tenemos hoy son a causa de las dificultades que tuvimos en la infancia y es en la infancia que debemos buscar resolución para poder provocar los cambios necesarios hoy. Otras, como la Conductual de Bandura (Behavior Therapy), proponen que el ambiente ejerce tanta influencia sobre nosotros que en gran parte determina nuestros movimientos y por ende, muchas de nuestros problemas. Sin embargo, teorías como la Centrada en la Persona (Person-Centered) de Carl Rogers, proponen que el individuo tiene la capacidad de enfocarse en el aquí y en el ahora para sobreponerse y aun sanarse, a pesar de cualquier circunstancia. Al leer la biografía de Rogers, me llama la atención que su familia era cristiana y fue criado en principios bíblicos.

¿Todo es externo? ¿Tu vida es como una hoja seca que vuela de lado a lado según la voluntad de cualquier brisa? No tiene que serlo. Me parece que desde la adolescencia actuamos, nos movemos de aquí a allá, decidiendo en cada instante qué hacer ante las circunstancias confrontadas. Aun las veces que no hicimos nada, haber hecho nada requirió una decisión. Callamos en vez de decir lo que debimos haber dicho porque decidimos callar, permanecimos quietos en vez de salir corriendo porque así lo decidimos hacer. Ya de adultos queremos seguir con los mismos patrones, justificando nuestro estado actual con las dificultades que nos rodean.

Me recuerda a mi hijo. Tengo un niño de 1 mes en mi casa, que recientemente le ha dado con llorar cuando tiene sueño. Se le cambia el pañal, se le da leche, se baña, y no para de llorar hasta que cierra los ojos. ¿Podría ser tan simple como cerrar los ojos? Ante el sueño, parece que sí. Pero por alguna razón, pelea con el sueño. No quiere cerrar los ojos, aun sintiendo la necesidad de hacerlo.

¿Así nos sucede a nosotros? Sentimos la necesidad de cambios: queremos que la situación económica personal mejore, queremos que la familia sea más unida, queremos salir de donde estamos. ¿Pero ya cerraste los ojos? Cierra los ojos y sueña, visualiza hacia donde quieres llegar, y da los pasos.

Tienes la capacidad de hacerlo

Prendí la tablet y entré la palabra “levántate” en la búsqueda avanzada de la aplicación de la Biblia. Creo que aparece mucho más de 100 veces en la Biblia. Parece que a lo largo de la historia, Dios ha tenido que motivar al hombre una y otra vez a levantarse. Dios sabe que tenemos un gran potencial, pues fuimos creados a su imagen y semejanza. Pero a lo largo de la historia de tu vida, ¿cuántas veces te has querido levantar? ¿Por qué no lo has hecho? ¿Piensas que el mundo no te lo permite? Le ha pasado a muchos a lo largo de la historia. Ciertamente hallarás resistencia; hallarás tribulación, retos y pruebas que tendrán el potencial de desanimarte, pero ten bien claro que quien decide cuanto tiempo permaneces sentado/a eres tú. Solo tú.

Toma la decisión. Da el paso de fe y confía en que tendrás respaldo.

“El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” Isaías 40:29