El año pasado realicé un trabajo para la clase de Desarrollo Humano. La profesora nos pidió que entrevistáramos a alguno de nuestros cuidadores para averiguar cómo fue nuestra infancia, específicamente cómo fue nuestro cuidado. Le pedí a mami que me contara, y resulta que yo recibí muchísimo amor. Ella no me soltaba de día, mi papá me atendía cuando yo lloraba por las noches porque trabajaba de día. Mis tías y abuelos se peleaban por cuidarme.
Los bebés carecen de destrezas y capacidades de sobrevivencia. Dependen de sus cuidadores. Las conductas que observamos en los niños tienen mucho que ver con la forma en que se atendieron en etapas anteriores (¡ouch!). Observemos lo establecido en las teorías de desarrollo humano para poder aprender acerca de lo que debemos y no debemos hacer:
La Teoría de Erikson propone que cada etapa de la vida involucra un proceso psicosocial que se enfoca en el desarrollo de ciertos conceptos (la teoría de Erikson es una reinterpretación de la psicosexual de Freud, trayendo muchos de los mismos elementos). Estos conceptos se formarán como fortalezas o debilidades, de acuerdo a la manera en que se manejen las etapas.
Durante la infancia, el concepto que se desarrolla es el de confianza versus desconfianza. El proceso se enfoca en las operaciones orales y sensoriales, tales como comer, ver, oír, y sentir. A medida que el infante perciba que el mundo responde ante sus necesidades, aprenderá a confiar en otros y en sí mismo.
El mundo alrededor del infante (los cuidadores) jamás podrá responder con la rapidez del cordón umbilical, pero un grado de desconfianza será útil en la vida para desarrollar la capacidad de juicio entre aquellas personas o situaciones en las cuales no se debe confiar. Sin embargo, en la medida en que el infante pueda percibir calor y atención humana, cariño, limpieza y que su hambre es atendida, ayudará a desarrollar el concepto de esperanza. La esperanza, a su vez, es un concepto que influye sobre la definición de otros, como la fe y el orden (leyes y sistemas de seguridad).
¿Has podido identificar en alguien cercano a ti la relación entre las necesidades de los infantes y el desarrollo de la capacidad para confiar más tarde en la vida?