Imagen de: http://silsalblog.blogspot.com/2011/04/crear-lo-que-nos-diferencia-del-resto.html

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Todo comienza con el pensamiento, que es la fuente de ideas innovadoras que llevan a creaciones futuras. Dios trajo desde su pensamiento la creación. Así mismo nosotros podemos traer de nuestros momentos de reflexión ideas nuevas y soluciones a problemas. Lo más impresionante de nuestro pensamiento es el ser una fuente ilimitada de cosas que podemos crear.

“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” Hebreos 11:3

Según el relato del libro de Génesis, Dios creó los cielos, la tierra y todo lo que en él hay solo diciendo que fuera creado (Génesis. 1:3-20), luego viendo si era bueno seguía a lo próximo que estaba en su mente.

 “Los pensamientos con el consejo se ordenan; y con dirección sabia se hace la guerra.” Proverbios 20:18

Los límites los establecemos nosotros mismos dejándonos llevar por los recursos actuales. Así, le damos muerte a sueños prematuramente. Deberíamos permitirle a nuestro pensamiento desarrollar las ideas sin tomar en cuenta nuestras limitaciones. Cabe señalar que los materiales con los que se construyen las ideas, por lo general surgen de todo aquello a lo que permitimos  entrada a nuestra mente a través de nuestros sentidos. He aquí la importancia de seleccionar sabiamente las fuentes de nuestra nutrición intelectual. ¿Cómo saber qué es lo que  abunda en nuestro pensamiento? Lo que hablamos. (“…de la abundancia del corazón habla la boca.”Lucas 6:45).

“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación…” Efesios 4:29

Lo próximo que hizo Dios fue DECIR que las cosas fueran hechas y fueron creadas. En nuestra boca hay poder para construir si nuestros pensamientos son de construir o poder para destruir si nuestros pensamientos han sido contaminados y no le hemos permitido a Dios que los examine (“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos.”Salmo 139:23).

Posteriormente evaluó Dios y vio que era bueno lo que había creado. Cada vez que le permitimos a nuestros pensamientos aterrizar en el plano real a través de nuestras palabras debemos evaluar si lo que dijimos, en efecto fue bueno. Si construye, si edifica, si aporta… si no hay que ver en que le hemos permitido a nuestra mente pensar (“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza en esto pensad.”Filipenses 4:8).

“Entonces dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme  nuestra semejanza…” Génesis 1:26

“Y creo Dios al hombre a su imagen…”  Génesis 1:27

Cuando Dios decide hacer al hombre, es el primer momento en el que acompaña la palabra con la acción. Algo especial requiere un poco más de atención. En este caso miró Dios todo lo que había creado y dijo que había sido bueno en gran manera; los días anteriores solo había dicho que era bueno. De todas las cosas que se nos ocurre hacer, las cosas a las que prestamos mayor detalle nos apasionan más y tienen mayor posibilidad de trascender. No se siente igual el obtener “A” en una clase donde el esfuerzo requerido fue mínimo a obtener la misma “A” en una clase con la que se trabajó arduamente.

La combinación de buenos pensamientos, declaraciones positivas y acciones emprendedoras son esenciales para obtener la victoria en todas las áreas de la vida.

“La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré.” Números 22:38b