IMG_20111203_153253Recientemente asistí como oyente a un curso que mi esposa está tomando como parte de su doctorado en psicología clínica, titulado Matrimonio y Familia. Aprendí muchísimo, y hoy compartiré contigo sobre las Etapas de las Relaciones, ya que debemos reconocer donde estamos parados para poder saber lo que se supone que estemos haciendo.  

Las Etapas de las Relaciones:  

Todas las relaciones de pareja pasan por al menos 2 etapas: la del enamoramiento y la de desilusión. Luego de esta segunda, las relaciones o se disuelven, o hallan una resolución que extiende su duración.

La etapa del enamoramiento es en la cual la atracción entre 2 individuos provoca una serie de procesos químicos, estimulando primordialmente hormonas de placer como la dopamina. Como hombre en búsqueda de pareja, en la gestión de caza de mi presa, la percibo y consumo a través de mis sentidos:

  • Te veo y me gustas
  • Te escucho y me intrigas, me interesas
  • Te siento y me apasionas
  • Te pruebo y me descontrolas

Lo que va entrando de mi candidata por mis sentidos va activando las glándulas que secretan las hormonas de placer, inyectando dosis incrementadas a la sangre que me llevan por una montaña rusa cognitiva y emocional donde divago entre una extrema euforia y una relajación que parecería como si estuviera soñando despierto. El proceso es similar a un estado de embriaguez.

En esta etapa, queremos impresionar. Damos lo mejor de nosotros: nos vestimos bien, nos arreglamos y perfumamos, nos pueden dar más ganas de trabajar para poder tener dinero para salir, planificamos qué decir y qué hacer, cuándo abrir puertas y cuándo permanecer quietos. Hablamos de los grandes planes que tenemos que prometen un futuro brillante.

Muchas parejas pasan de esta etapa directo al compromiso de convivencia. Lamentablemente, no se percatan de que la próxima etapa, la de desilusión, no está diseñada para atravesarse bajo esas condiciones de tal cercanía.

La etapa de la desilusión ocurre, generalmente, algunos meses luego del enamoramiento. Aquí es cuando dejamos de darle tanta importancia a vestir bien para impresionar a la pareja, dejamos de perfumarnos tanto, ganamos un poco de peso (o mucho), perdemos la pasión por el trabajo y la productividad, decimos simplemente lo que pensamos (sin filtro), dejamos de abrir puertas y las conversaciones ricas en sueños se quedaron en el ayer.

¿Qué sucedió? La misma seguridad que se va estableciendo en la relación nos quita el ímpetu de conquista. El sentido de pertenencia comienza a predominar. Esto es reforzado, pues claro, con y por el sexo.

“Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” -Génesis 2:24

Nota el giro en el enfoque de pertenencia. El hombre cambia el énfasis de la pertenencia de su padre y su madre, y ahora se debe enfocar en su mujer, ya que ésta pasa a ser parte de él. Otra traducción dice que “se allegará a su mujer”, refiriéndose al acto sexual implícito en la relación matrimonial.

Menospreciamos o desconocemos el peso contractual que cae sobre los participantes de un acto sexual. Consciente o inconscientemente, se activa un sentido de pertenencia diseñado para proteger al matrimonio de ser disuelto ante las diversas pruebas que podrían atravesar a lo largo de la vida. En la inestabilidad de los noviazgos y las relaciones de convivencia libres del pacto matrimonial, de romperse la relación, duele más porque ya los cuerpos han llegado a un compromiso contractual, aun sin las mentes haberlo formalizado por medio del matrimonio. Al disolverse la relación, me duele como si se desagarrara un miembro de mi propio cuerpo, pues se quebrantan lazos espirituales.

¿Dónde estás?

Un gran amigo, el Pastor Mario Guzmán, recientemente me estuvo enseñando acerca de cuándo es que Dios otorga la bendición  del sello de gloria sobre los procesos. Podemos ver que el primer capítulo de Génesis nos relata cómo lo primero que hizo Dios al ver la tierra desordenada y vacía fue establecer el orden por medio de la separación entre la luz y las tinieblas. Estableció orden en el principio y se movió en ese orden hasta que el proceso de la creación fue culminado. Entonces Dios vio que era bueno y bendijo la tierra con vida. Descansó tras haber terminado.

Así también aplica a los procesos de las relaciones. Se establece el orden desde el principio, los parámetros y valores sobre los cuales los participantes se moverán hasta llegar a la próxima etapa. Se persevera para culminar el proceso de noviazgo en orden. Entonces se celebra con una boda, un evento en el cual ocurre un reconocimiento público de pacto con carácter de eternidad (por ende la relación del acto con lo celestial). La bendición de Dios es desatada sobre la pareja al efectuarse el pacto. El sello de gloria es notorio mediante una inmensa paz (descanso) y la apertura de puertas de oportunidades nunca antes vistas (vida).

¿Se puede establecer orden a mitad de camino? No es tan simple. Si el camino ha sido desordenado, ordenarlo requerirá volver a empezar, y muchas relaciones no soportan el proceso del renacimiento. Involucra una restructuración de la base de valores sobre la cual se edificó la relación completa. Renacer requiere morir para poder volver a nacer. Al cambiar la base de valores, mucho de la relación podrá dejar de hacer sentido. La resolución tras la etapa de desilusión estribará en la identificación de aspectos por los cuales ambas partes están dispuestos a luchar.

¿Qué tú crees? ¿Te hace sentido?