“—Pero, Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de que voy a heredar esta tierra? —contestó Abram.  Y Dios le dijo: —Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón de paloma.  Abram trajo todos estos animales a Dios, los partió por la mitad y puso una mitad frente a otra; pero no partió las aves. Y los buitres bajaban sobre los cuerpos de los animales muertos, pero Abram los espantaba.” -Génesis 15:8-11 (versión Dios Habla Hoy)

¿Por qué Abram espantaba los buitres? Estaba protegiendo su Revelación. Abram había acabado de hacerle una excelente pregunta a Dios y sabía que en medio del sacrificio que Dios le había pedido, en medio de su Adoración, recibiría la Revelación que necesitaba.

Necesitamos desarrollar una consciencia de propósito espiritual. ¿Por qué hacemos lo que hacemos en la iglesia y en privado para Dios? ¿Por qué oramos, cantamos, ofrendamos y leemos? Hasta que no entendamos que todo aspecto de nuestra adoración al Padre tiene el potencial de revelar los cielos y provocar el derramamiento de bendición hasta que sobreabunde, no la protegeremos. Si no protegemos nuestra adoración, nuestra relación con Dios, cualquier buitre vendrá a robarla.

¿Cuál fue el resultado del sacrificio? 

“Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.” –Génesis 15:13-14

En otras palabras, Dios le adelantó que su pueblo tendría que atravesar un proceso bastante terrible, pero que Dios se iba a glorificar en el proceso para darles riquezas. En Egipto el pueblo se multiplicó, pero se multiplicaron y se enriquecieron por medio de un proceso muy duro.

Cuando Dios le habló a Abram, lo que hizo fue preparar al pueblo para el proceso, para que no les tomara de sorpresa. Entender el proceso hace toda la diferencia: determina si voy a seguir caminando en fe y en paz, o si voy a caer en crisis y en rebeldía. Si soy dominado por la crisis y por mis emociones, fácilmente puedo darle la espalda a Dios y soltar el propósito. Pero el pueblo ahora tenía una palabra que los podía sostener. Podrían confiar que Dios todavía estaba en control, y que utilizaría el proceso difícil para bendecirlos.

¿Cuáles son los Buitres de Nuestra Adoración?

La Parábola del Sembrador menciona 3 condiciones que afectan nuestros corazones y no permiten que la palabra de Dios permanezca hasta dar fruto en nuestras vidas.

  1. Indiferencia Espiritual

“Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.” -Mateo 13:19

Si 2 personas reciben la misma palabra, pero en 1 de esas personas da mucho fruto y en la otra no, ¿cuál es la diferencia entre esas 2 personas? El corazón. Pasión. Hambre de Dios. Es mi responsabilidad preparar mi corazón para la palabra de Dios. De no hacerlo, de no reflexionar sobre ella, de no abrirme a obedecerla, no puedo cuestionar a Dios nunca por mi falta de revelación y crecimiento. ¡Espanta el buitre de la indiferencia!

  1. Poco Control Emocional

“Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.” -Mateo 13:20-21

“Recibe con gozo, pero no tiene raíz en sí”. Los emocionales carecen de fundamento porque se mueven hacia donde les dicten sus sentimientos. Para poder dar fruto, necesito raíces profundas. Para poder profundizar mis raíces, tengo que poder permanecer en mis compromisos. Me sienta bien o no, permanezco; incluso a pesar de las aflicciones, ya viendo en este verso que vienen a nuestras vidas “por causa de la palabra”. O sea, el enemigo puede enviarnos las aflicciones por el simple hecho de que cargamos Palabra y Propósito de Dios. El diablo quiere robar nuestra fe hasta matarnos espiritualmente y destruir toda esperanza de Dios en nosotros. ¡Espanta este buitre de descontrol emocional!

  1. Agendas Personales

“El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” -Mateo 13:22

Tal vez el ejemplo bíblico más dramático que tenemos de un total afanado con su siglo y engañado por las riquezas es Judas. Caminó con Jesús, habiendo visto todos los milagros que hizo y habiendo escuchado todas sus predicaciones, al igual que los demás discípulos. Pero no logró soltar su agenda personal, pues Judas esperaba que el Mesías se levantara como líder político que conquistara sobre el Imperio Romano, no que viniera a morir en una cruz. Cuando no soltamos nuestras agendas personales para agarrar la Agenda Santa de Dios, quedaremos desilusionados y fácilmente lo podemos traicionar.

¿Por qué buscas a Dios? ¿Cuál es tu agenda? ¿Vienes porque necesitas dinero, sanidad, o recuperar tu familia? Dios puede hacer todo eso y más, pero le interesa mucho más tu corazón. Le interesa enamorarte y que puedas sentir la delicia de ser encontrado por el Padre. Le interesa restaurar tu vida y limpiarte. Los mayores milagros, los hace en la medida en que nos permitimos ser transformados por Él.

Cuando espantamos los buitres que amenazan nuestra comunión con Dios, entonces nos mantenemos conectados a Él y disponibles para recibir Su palabra, que es poderosa para darnos el entendimiento de Su voluntad. Es poderosa para dejarme saber que Él sigue en control, y que está usando mi proceso para sacar lo mejor de mí y para prepararme para el próximo nivel de lo que tiene en Sus planes. Es tiempo de levantarme a espantar los buitres que el enemigo ha enviado a robar mi Revelación.

-por Hector Alfredo Millan