La felicidad y la infelicidad son emociones contrarias y podríamos decir que una se refiere a la ausencia de la otra. ¡Qué mejor forma de perseguir la felicidad que batallando contra la infelicidad! La falta de bienestar usualmente nace del impedimento de aceptar las cosas como son y superar las dificultades, surge de apegarse  a situaciones, actitudes, recuerdos, personas, sufrimientos, amargura, entre otros elementos que pueden surgir por la sencilla razón de que vivimos en un mundo dinámico. Una característica de sobrevivencia es apegarse a lo que ha sido bueno y ha dado un buen resultado. La realidad es que la infelicidad surge cuando nos apegamos a aquello que ha dejado de ser. Ese deseo de recuperar lo que se ha perdido nos mantiene aferrados a una fantasía que nos impide el paso a lo mejor.

He entendido que personas y situaciones pasan por nuestras vidas en un momento determinado para ofrecernos algunas herramientas que utilizaremos más adelante.  Piénsalo, ¿no crees que las experiencias del ayer fueron necesarias para estar de pie hoy? La realidad es que sí, que de seguro han sido útiles para ti y posiblemente para aquellos que te rodean; cumplieron su propósito, es por esto que ya las debemos soltar. ¿Cómo podemos hacerlo?  Primero, siempre que sientas que algo te ha afectado negativamente, que te está haciendo infeliz, pregúntate: “¿a qué me estoy aferrando?” Segundo, trata de comprender si el estar aferrado contribuye positivamente a tu vida. Tercero, decide desprenderte, tomar lo bueno y seguir adelante abriendo paso a algo mejor.

Me resulta interesante observar nuestro apego a no solamente personas, a lo que fue y a lo que pudo haber sido; sino también a los sentimientos negativos, como la tristeza y la amargura. Es como si nosotros mismos decidiéramos hacernos presos del dolor, en vez de dejarlo ir y sanar. Creo que esa es la mayor causa de infelicidad: aferrarse a sentimientos negativos producto de situaciones devastadoras. Lo mejor sería que los dejaras ir y comenzaras a vivir en plenitud, de manera satisfactoria: ¡sé feliz!

Exhortación:

En este momento piensa si eres totalmente feliz, piensa qué te separa de serlo y comienza a desprenderte de ello. Decide vivir cada día al máximo comprendiendo que hay cosas que permanecerán un tiempo más, y hay otras que desaparecerán pronto porque ya tomaste la parte que te correspondía. Aferrarte a lo bueno tal vez te impida alcanzar lo excelente. ¡Éxito!

por Jesmarie Meléndez