Permanezca el amor fraternal. Den hospedaje a los que lo necesitan, pues recuerden que algunos que así lo hicieron, hospedaron ángeles. Acuérdense de los que están en la cárcel, como si ustedes también estuvieran encarcelados con ellos. Tampoco se olviden de los que sufren, trátenlos como si ustedes mismos pasaran por el mismo sufrimiento.
Respeten el matrimonio manteniendo pura su relación de pareja. Tengan muy en cuenta que Dios castigará duramente a los que cometen adulterio y y a los que practican inmoralidades sexuales. No amen al dinero, sino conténtense con lo que tienen. Porque Dios dijo:
“Nunca te abandonaré ni te dejaré solo.”
Así podremos decir con seguridad:
El Señor es mi ayuda; no tendré miedo. ¿Qué daño puede hacerme un simple mortal?
Tengan en cuenta a sus líderes que les enseñaron el mensaje de Dios; piensen cual fue el resultado de su buena manera de vivir e imiten su fe. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.
No se dejen guiar por enseñanzas extrañas. Es bueno fortalecerse con el buen amor de Dios y no con las reglas acerca de las comidas, que no le han servido de nada a los que las practican.
-Hebreos 13: 1-9