Cómo es que silbamos fluidamente a pesar de todo.
Nos llaman inútiles, tarados, chiflados y quedaos,
sin ni siquiera toparnos con algo de enojo.
/
Descendientes directos del paraíso seremos,
pues a éste infierno inmaculada resistencia ofrecemos.
No entienden, no comprenden nuestro amplio conocimiento,
destinados al juicio que nos brinda sufrimiento.
¿Qué tenemos en realidad que los asusta?
Superioridad olímpica, tal vez
o barbaridad noruega con fama de injusta.
/
La importancia de nuestro propósito excede la suya,
ya que al destino desafiamos bajo simple existencia.
Voluntad llevadera que de las valkirias perdura,
envidiada por sus legiones de fiel penitencia.
Les digo un secreto, amados, ellos no saben,
que profundamente ellos son iguales.
Lo que pasa es que ellos se sienten excluidos,
¡porque el tributo es a los rechazados!
/
por Sergio Hernández Velázquez