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La manufactura en Puerto Rico ha pasado por varias etapas en su complejidad y los empleados han hecho los ajustes para absorber los cambios de forma efectiva. En las décadas de los 60 y 70’s las operaciones tenían mucha maquinaria que había sido transferida de otros países, y aunque pudiera ser tecnología obsoleta en esos lugares, era tecnología “nueva” para los operadores y mecánicos puertorriqueños. La instalación y arranque en producción de esos equipos requería traer mecánicos e ingenieros de los Estados Unidos. En aquellos tiempos se empleaban personas con alguna experiencia en mecánica en plantas de costura o en mecánica de autos. También comenzamos a emplear mecánicos con experiencia industrial en los Estados Unidos, que venían transferidos de las mismas compañías o que regresaban a Puerto Rico atraídos por el crecimiento industrial. Esta situación también se dio en las áreas administrativas, donde era necesario tener personas que se pudieran comunicar en inglés con los gerentes que vinieron y con las oficinas corporativas. De allí surgió parte de la población de “niuyoricans”.
La maquinaria que llegaba a Puerto Rico en aquellos tiempos requería ajustes mecánicos frecuentes y cambios de piezas pues tenían desgaste. Nuestros mecánicos y operadores aprendieron rápidamente, las plantas cumplían con los planes y aumentaba la confianza de los oficiales de las corporaciones en nuestros empleados.
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En la década de los 80 comenzaron a llegar las plantas farmacéuticas, y con ellas llegaron equipos de mezclado, de hacer tabletas, de llenar envases y de empaque. Estos equipos eran más complejos y por lo tanto requirieron mecánicos con más experiencia y de ingenieros. Al final de los 80’s comienzan a llegar las plantas de los proveedores de hacer piezas plásticas, materiales de empaque y otros componentes. En la décadas de los 90 comienzan a llegar en mayor cantidad equipos electrónicos y equipos directamente de los fabricantes en EEUU, Europa y Asia. En esa época los gerentes locales de muchas plantas justificaban financieramente con las oficinas corporativas los nuevos equipos y ordenaban también los mismos a las fábricas. Ya en las décadas de 80 y 90 las universidades y colegios tenían programas para graduar técnicos con especialidades usadas en la industria de manufactura.
En el siglo 21 Puerto Rico tiene operaciones de manufactura en los sectores de farmacéuticas, dispositivos médicos y de proveer componentes a esas plantas, con equipos tan sofisticados y complejos como en los países más modernos. Nuestros ingenieros, mecánicos y técnicos están muy bien preparados, tienen la experiencia y compiten favorablemente con los técnicos de otros países. En la mayor parte de las plantas se han implantado sistemas modernos para mantenimiento de la maquinaria de producción y se han adiestrado a los operadores de línea para hacer los ajustes mecánicos y los remplazos de piezas. También se han implantado procesos de cambios rápidos de tamaños o productos y los mantenimientos por los mismos operadores. La flexibilidad del personal para ejecutar varias tareas ha dado mayor autonomía a las pequeñas secciones de las plantas. El aprendizaje y desarrollo continuo de empleados en plantas en los distintos pueblos y ciudades de nuestro país es digno de ser reconocido.
Por: Héctor Millán Cruz
