Un gran amigo, el Pastor Mario Guzmán, una vez me dijo que luego de haber realizado todos los esfuerzos necesarios para lograr una misión o un proyecto, si no tienes a nadie a tu alrededor, no has completado ninguna misión. Solo has dado un paseo. El éxito se medirá en cuanto al fruto de aquellos que te siguen, esto es lo que dará continuidad a la visión, es lo que la validará como una de Dios. ¿Por qué? Porque Dios es eterno, y todo lo que propone tiene carácter de eternidad. Así también los proyectos que nos proponemos a despegar y administrar, deben tener carácter de eternidad, deben tener intención de continuidad. ¿Quién los continuará cuando nosotros no podamos estar? Aquellos que nos hayan seguido por el camino, que se hayan identificado y se hayan desarrollado bajo la visión.
Cómo convertir relaciones en discípulos:
Si buscamos entre las enseñanzas del libro más vendido en el mundo, la Biblia, encontramos variedad de principios implementados y explicados por el hombre más influyente del mundo: Jesús. Analicemos esta declaración de Jesús acerca del liderazgo:
“De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, mas sube por otra parte, el tal es ladrón y robador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino que huirán de él; porque no conocen la voz de los extraños.” Juan 10:1-5
Primero, identifiquemos los elementos de este pasaje para poder aplicarlos a nuestras vidas:
Comienza hablando de un acceso a las ovejas, refiriéndose a entrar por La Puerta o entrar por “otra parte” para llegar a ellas. Menciona a las ovejas, haciendo la relación entre ellas y aquel que intenta llegar a ellas el enfoque principal del pasaje. Introduce a un portero, como aquel quien da el acceso a las ovejas. Entonces presenta 2 opciones de resultados: o las ovejas siguen al pastor, o huyen de él porque no conocen su voz.
- Jesús presenta la distinción entre varias “rutas” que uno puede tomar para llegar a las ovejas. Establece las diferencias entre ambas, mencionando que el que entra por la puerta es el pastor y el que entra por otra parte es ladrón. Esto describe 2 actitudes bien diferentes en cuanto a la intención de aquel que intenta acercarse a las ovejas. La primera actitud que es señalada es la del ladrón, resaltando principalmente la forma en la que intenta llegar a las ovejas. Dice que no entra por la puerta, sino trata por otra parte. Cuando pienso en alguien que evita las entradas principales al tratar de entrar a algún lugar, pienso que esa persona tiene malas intenciones. Alguien que intenta escalar una propiedad, por lo general tiene intenciones de robar en ese lugar. Las motivaciones del ladrón podrían ser muy variadas, pero realizar un esfuerzo de robo involucra estar dispuesto a hacer daño a aquel a quien se le roba. Involucra oscuridad, falta de transparencia, agendas ocultas y en fin, restar algo de las vidas de quienes están en aquel lugar. Sin embargo, el pastor entra por la puerta, entra por el acceso establecido y visible ante todos. Esto implica una actitud de transparencia, entrar por la puerta es acción compartida entre todos los que viven en el lugar, trabajan ahí, vienen como mensajeros o a hacer entrega de algún producto o servicio. Implica legitimidad, deseo de pertenecer, compartir y/o aportar.
- Las ovejas: Representan la masa potencial de discípulos, consumidores y todos los que queremos que nos sigan. Hay más de una persona tratando de llegar a ellas/os, pero solo un tipo de persona logrará que le sigan: aquel que llegue a ellas/os por la puerta correcta.
- El Portero: Este es quien da el acceso a las ovejas. El portero es símbolo de la forma correcta de establecer la relación ideal, la cual es semejante a la del pastor y sus ovejas. El portero trabaja en el redil, en el corral de las ovejas, así que es de la casa. Representa el lenguaje que se habla en ese lugar, las normas y leyes formales e informales, los gustos, las preferencias y los intereses del grupo. Para poder llegar a aquellos que quieres que te sigan, será necesario que hables su lenguaje y apeles a sus ideales. El pasaje recalca que “las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre”, esto significa que quienes reciben tu mensaje deben poder reconocer tu voz, que sea familiar. Llamarlos por sus nombres implica que tú los tienes que conocer, conocer bien hasta poderlos identificar claramente a ellos y sus necesidades.
- Finalmente, el resultado: “A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.” La acción final que sucede como resultado de la relación establecida entre el pastor y sus ovejas es que las saca. Las saca de donde están, ¿y dónde están? Están en un redil, están encerradas. El redil podría ser símbolo del estancamiento, el problema que les puedes solucionar.
Lo más que distingue a aquel quien logra los seguidores es su intención fundamental: sacar a las ovejas del lugar donde están. La actitud necesaria para establecer relaciones que se puedan convertir en seguidores es una de aportar una solución a sus problemas. Esto podría ser en la forma de educar, o dirigir hacia la consecución de metas y resultados. La actitud que abrirá paso hacia lograr discípulos es la del buen pastor, aquel que se preocupa por sus ovejas, aquel que las ama, las defiende, las alimenta y las dirige hacia donde quieren y deber llegar: el lugar más deseado, el lugar de bendición.
“Y cuando ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino que huirán de él; porque no conocen la voz de los extraños.” –Juan 10:5