Anoche fue sumamente interesante. Llegamos a casa como a las 9pm de una fiesta de navidad en la casa de campo (espectacular!) de una prima de mi esposa. La pasamos divino. Casi a las 10pm, acosté a mi hijo de 3 meses luego de haberle cambiado el pañal y la ropa. Había dormido en la fiesta pero se había despertado como a las 8pm, así que pensábamos que pasaríamos una noche bastante llevadera. Jesmarie y yo nos acostamos casi a las 11pm. Oramos, nos dimos un besito rico y apagué la lámpara.
A las 4:14am, me levanté para ir al baño (un poco privado, ¿no? Perdóname, pero es relevante al cuento). Regresé muy rápido para no perder el sueño. Me volvía a quedar dormido alrededor de las 4:40am, cuando escuché la primera queja. Le llamo “queja”, porque es el primer aviso. Si no me apuro, la Fase 2 es un gemido. La Fase 3 es el llanto desesperado que alerta a los vecinos de que ocurre algún tipo de masacre en mi hogar.
No quise que escalara, así que me moví cuando aún estaba en Fase 1. Miré la hora en el celular y fui al cuarto de Héctor Alejandro, lo saqué de su cuna y me senté con él en la silla reclinable que acomodamos estratégicamente en su cuarto para alimentarlo en ese turno nocturno. Eran las 5:17 cuando regresé a mi cama.
A las 6am, se despertó Jesma y le notifiqué que todavía estaba despierto desde alrededor de las 4am. Me preguntó si quería que leyéramos una porción bíblica y oráramos (nuestro devocional diario). A lo cual contesté: no.
A los 5 minutos, nos encontrábamos los 2 en la sala, tratando vencer el sueño para tener nuestro devocional.
Ahora, al mediodía, estoy cansado. No quiero hacer nada.
Cómo mantener la cordura y la productividad ante las exigencias del infante en tu casa
Luego de cubrir las necesidades del infante (puedes leer más acerca de eso aquí), hay varias estrategias que podemos implementar para mantenernos productivos:
- Recuerda que la infancia es una etapa. Esto también pasará, no pierdas la esperanza.
- Juega con el niño durante el día. Siempre se le debe dejar dormir sus siestas, pero jugar con el infante durante el día, además de provocar estímulos y risas, lo mantendrá despierto suficiente tiempo para que cuando llegue la noche caiga rendido. Tú también podrás descansar.
- Cuida tu dieta y el ejercicio. Es muy fácil descuidar la dieta cuando los padres están ajetreados entre cambiar pañales, alimentar, dormir, mover, bañar, cargar, traer, virar, sacar gases, y dormir a sus hijos. Si llevamos una mala alimentación, nos sentiremos más cansados. El ejercicio cardiovascular también produce mayor energía.
- Establece los ciclos de descanso. He escuchado a padres quejarse del cansancio porque “es que el nene no se quiso acostar a dormir”. Los niños se acostumbran a los horarios que se les establezcan. Esto tiene sus tácticas: El lugar de descanso debe ser aparte al lugar de descanso de los padres, para que cuando llegue la hora de dormir del bebé, no se quede despierto pendiente al movimiento de sus padres; el ambiente de dormir se debe establecer al vestir con ropa cómoda, arropar y apagar la luz; también se debe aprovechar el silencio de la noche para que niño asimile el ambiente apacible como el tiempo de dormir y durante el día no se debe tratar de mantener silencio extremo para que asimile que el día es tiempo productivo.
- En la medida que puedas, descansa cuando el infante descanse. Yo sé que tomar siestas no es posible para la mayoría de quienes trabajan asalariados, pero todo el que pueda, cuando pueda, aproveche las siestas de su bebé para descansar.
¿Qué estrategias has encontrado que funcionan para mantenerte productivo y cuerdo en esta etapa?