Hablando en público: 7 Estrategias para cautivar en la introducción

Cuando te expresas frente a un grupo, las primeras oraciones que pronuncies determinarán el interés de tus oyentes durante el resto del mensaje. Si te preparas para dar una clase, llevar a cabo una reunión con un equipo de trabajo, o dar una charla o predicación, planificar una introducción efectiva como parte de tu oratoria es una de las partes más importantes.

7 Estrategias para cautivar en la introducción:

Dedica tiempo a la Planificación. La introducción servirá para dejarle saber al grupo si estás preparado o no, y si eres confiable o no como recurso en el tema. También les hablará acerca de tu estilo como orador. En otras palabras, dedicar tiempo para planificar una introducción efectiva es importante para lograr que te escuchen y atiendan con interés durante el resto de tu presentación.
Sé relevante. Evita hablar del proceso que pasaste para prepararte para el mensaje. El contenido, o sea, el mensaje en sí mismo dará testimonio de tu preparación. Evita hablar de las horas que estuviste haciendo la investigación del tema, o cuanta confirmación recibiste de que ese es el mensaje que debes presentar. Todo lo que es irrelevante al oyente, es irrelevante.
Apela a las emociones. Dependiendo del tema, debes crear un ambiente desde el comienzo que lleve a tus oyentes a sentir las emociones que mejor los hará captar el mensaje. Si el mensaje trata sobre motivación, debes comenzar con una introducción que motive. Para esto puedes utilizar una cita de algún líder reconocido o el humor. Si es reflexivo e introspectivo, debes comenzar con una introducción que los haga reflexionar. Para esto puedes comenzar con una pregunta reflexiva.
Puedes contar una historia. A todos nos encantan las historias. Además de que nos entretienen, se pueden usar para transmitir mensajes de forma implícita, indirecta y subliminal. Esta es una de las estrategias más recomendadas para provocar emociones específicas e introducir temas. No hay que ser un escritor de cuentos para esto. Contar una vivencia personal relacionada al tema principal del mensaje hará que los oyentes entiendan de lo que se va a hablar y a la vez que se identifiquen contigo como presentador.
Sé dinámico. Puedes usar dinámicas creativas. Has que el grupo se sienta parte. Por ejemplo, puedes pedir un voluntario para un ejercicio. Puedes pedir sus opiniones respecto a sus percepciones del tema. Dinámicas que involucren la participación del grupo los obligará a prestar atención, inclusive estimula su adrenalina al ponerlos a pensar en que cualquiera de ellos podría ser puesto a dirigirse al resto del grupo.
Sé breve. La introducción es solo eso, una introducción. El grueso del mensaje debe ser el contenido, donde describes en detalle los subtemas. Si el público percibe que te has extendido demasiado en la introducción, se desaniman y desesperan ante la idea de que harás lo mismo en el resto del mensaje.
Sé energético. No puedes permitir que los oyentes pierdan el ánimo desde el comienzo. Has buen uso del tono y volumen de voz. Si es prudente, muévete entre la gente. Captura su atención y estimula su interés.