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¿Sabes por qué necesitamos tener una buena relación con nuestros pastores? Simple. Porque necesitamos ser pastoreados. El rol del pastor es guiar a sus ovejas por el camino. Las lleva a donde puedan hallar alimento, agua y lugar de descanso.

No sé tú, pero yo necesito alimento, agua y descanso. Y no me refiero solo a alimento espiritual, agua de la presencia del Espíritu Santo y descanso de mi alma (aunque definitivamente estos deben ser la especialidad de cada pastor). Dios pone una gracia especial en los pastores, sabiduría a la hora de aconsejar. Pero no te enterarías de nada de esto si no tienes una buena relación con ellos.

Los pastores fueron creados para guiarte fuera de las situaciones que te encierran:

Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz: y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado sus propias ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. –Juan 10:2-4 (énfasis del autor)

5 Estrategias para mejorar tu relación con tus pastores:

  1. Provoca una mejor comunicación. Tendemos a esperar que los pastores vengan a nosotros o que adivinen que tenemos algún problema. Nos quejamos cuando no sucede. Además de responsabilidades administrativas, los pastores atienden consejerías, preparan predicaciones, dan discipulados, visitan enfermos, tienen familias, hijos, etc. Si quieres ser parte de su círculo más cercano, acércate más. No esperes hasta que tengas un problema para entonces ir a solicitar una consejería formal. Si perteneces a una congregación grande, trata de desarrollar mejor relación con los líderes. Estos son los delegados de los pastores principales.
  2. Pide ayuda. Cuando te sientas encerrado en alguna situación difícil, no te quedes callado. Antes o después del servicio, aprovecha y coméntales acerca de tu situación para que te pongan en agenda para una consejería. Esto aplica también a líderes. Muchas veces personas con responsabilidades en la iglesia se cohíben de comunicar sus dificultades a los pastores por temor a… muchas cosas. Los líderes tenemos luchas igual que los demás. Postergar atender los problemas solo los hará crecer e influenciar negativamente en las demás áreas de la vida.
  3. Sirve. Si te involucras en las operaciones de la iglesia, pasarás más tiempo con los líderes y estarás expuesto a conocerlos mejor. Se cuenta con personas comprometidas e interesadas en su crecimiento espiritual. Alinearte a la visión de la iglesia y los pastores (a la visión de Cristo) demuestra tu compromiso con la obra. Esto no se usa para torcer el brazo de los líderes, sino que cuando se hace de corazón para Dios, uno se sale de la categoría oveja y entra en la categoría siervo fiel. Los siervos/as fieles siguen siendo ovejas, pero Dios mismo tiene un trato especial con aquellos que hacen Su voluntad.
  4. Persevera. Persevera en la fe, en la diligencia, en la responsabilidad, en la puntualidad, en la asistencia, en el servicio, en la comunicación, en la oración y en la lectura de la Palabra. Perseverar en Dios siempre lleva a buenos frutos, especialmente en cuanto a tu relación con los pastores.
  5. Soporta ante el pastoreo. Ser pastoreado no es tan solo ser escuchado cuando necesitas hablar. Al desarrollar una relación de cerca con tus pastores, ellos te verán. Tendrán interacciones sociales contigo y podrán ver quien realmente eres. Esto es bueno, pero que no te sorprenda u ofenda si te señalan comportamientos anti-bíblicos o conductas de mal testimonio. Esto es parte del pastoreo. La idea es que al pasar tiempo con tus líderes, aprendas más de Dios y tu corazón se vaya acercando más al modelo de Cristo.

¿Has tenido dificultades al tratar de ser pastoreado? ¿Cómo se puede manejar la situación? Compartir tus experiencias en la sección de comentarios debajo del artículo podría beneficiar a muchos.