Muchas teorías psicológicas coinciden en que los sucesos en sí mismos no son importantes sino nuestra evaluación al respecto. Lo que produce emociones en nosotros es el significado que le damos al evento ocurrido. La teoría de ABC (por sus siglas en inglés) de Albert Ellis se refiere a:
A- Antecedent- antecedente
B- Belief- creencia
C- consecuences- consecuencias
Los antecedentes son el resultado de las experiencias pasadas y las consecuencias de las mismas. Ese conjunto de materiales lo archivamos en nuestra memoria por si se vuelve a repetir la situación. No todos los antecedentes que existen en nuestra memoria son experiencias propias. Allí entran las experiencias que otros nos cuentan, las que observamos en terceros y las que vivimos.
Las creencias son la interpretación que damos a esos hechos. Por ejemplo: vamos caminando por un lugar y la gente deja de hablar súbitamente, ¿qué es lo que pensamos? De seguro que hablaban de mí. ¿Por qué pensamos esto? Seguramente lo hemos vivido o se nos ha dicho que eso sucede. ¿Quiere decir que es correcto? No necesariamente, pudieron haber callado porque se acabó el tema, porque alguien dijo algo inapropiado o simplemente podía ser un tema privado.
Las consecuencias se refieren a cómo reaccionamos emocional y físicamente ante todo lo expuesto. Continuando con el ejemplo anterior una respuesta usual sería, pasar el resto del día en depre porque entendemos que no “caemos bien”, podría ser interrumpir el silencio preguntando: ¿por qué se callan?, ¿estaban hablando de mí?… si resulta que no es así, la situación terminará siendo muy incómoda para todos.
¿Qué puedo hacer?
En el ABC solo hay una cosa que no se puede cambiar: los acontecimientos. Honestamente, es lo menos importante porque lo que determina cómo pasaremos el resto de nuestro día son B y C.
Jesús mismo lo dijo: En el mundo tendréis aflicción, pero confiad yo he vencido al mundo (Juan 16:33). Reafirma que tendremos la aflicción. Lo que hará la diferencia es si confío o no en alguien que me asegura que tiene todo bajo control.
La interpretación de los eventos puede ser la clave. Hay varias opciones que se pueden utilizar: no asumir y preguntar directamente que significó eso. Asumir que significa o representa algo en nuestra contra, asumir que significa o representa algo a nuestro favor o simplemente no asumir y preguntar. Siempre he tratado de buscar la lógica de las cosas que me suceden, pero he comprendido que no hay nada más efectivo que preguntar directamente. Si tiene importancia se le da, si no, no se le da.
Cómo saber si algo tiene importancia
Para que algo tenga importancia debe tener las siguientes características:
1. Tiene un efecto directo en tu vida; es decir tiene el potencial de influenciar tu futuro en cualquiera de las áreas. Profesional, académica, espiritual, física, mental o relacional.
2. Tiene un efecto directo en la vida de otros. Lo segundo que podemos controlar es cómo reaccionamos ante el suceso. Hay es necesario ejercitar el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Específicamente el dominio propio. Tenemos que considerar dos beneficios primordiales: paz y buenas relaciones.
Debemos buscar la paz antes que la victoria. Cuando nos enfocamos en buscar la victoria puede que sintamos el placer de ganar una discusión, pero más adelante sentiremos el dolor de haber perdido una buena relación. La verdadera victoria la tenemos cuando procuramos la paz antes que la victoria misma. Tenemos las herramientas para vivir cada día mejor.