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Jacob, atemorizado por las circunstancias, le dijo a Dios antes de dormir: “Y tú has dicho: Yo te haré bien” (Génesis 32:12). Entonces le visitó Dios y luchó con él hasta bendecirlo con marca eterna.

En medio de la oscuridad de la noche, recuérdale a Dios su promesa a ti. El prometió guardarte en el hueco de su mano, y llevarte por caminos de bien hacia la vida en abundancia. Pelea por tu bendición, con confianza y esperanza en que detrás de la noche más oscura, siempre le sigue la nueva luz de la mañana.