“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” -Mateo 18:19
“Allí estoy yo en medio de ellos”
¿En qué tipo de lugar es que Dios hace acto de presencia? En el lugar donde hay ACUERDO. El diablo se esforzará por causar división entre tú y los tuyos porque sabe que Dios no podrá respaldar a un grupo dividido. ¿Por qué? Porque Dios, en sí mismo, es la unidad. Él es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Existe tal unión entre las partes, que son Un Solo Dios. La Unidad no podrá establecerse en donde hay división.
¿Cuánto necesitamos la unidad en nuestras familias y en nuestros equipos de trabajo? A la misma medida en que necesitamos la ayuda de Dios en nuestros proyectos. El respaldo de Dios y Su cumplimiento de nuestras peticiones están directamente relacionados a nuestra capacidad de ponernos de acuerdo. ESE es el poder del acuerdo; no es un poder humano, es el poder de Dios que provocamos en medio de nuestras relaciones humanas.
Hay acuerdo cuando podemos poner a un lado el orgullo y decidir simplemente trabajar juntos hacia un mismo fin. Hay acuerdo cuando podemos tener la humildad de reconocer que necesitamos a otros para lograr nuestros objetivos. Hay acuerdo cuando yo junto mi fe con la tuya, y nos sentamos a orar juntos al Dios que Todo Lo Puede.
Pero…
¿Y si ya no nos entendemos entre nosotros? ¿Y si ya mi equipo y yo no estamos en la misma página? Dios ha preparado el remedio para eso:
“¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?” -Hechos 2:8
Este pasaje describe lo que ocurrió el día de Pentecostés, luego de la crucifixión de Cristo. Jesús le había dejado a sus discípulos instrucciones de que esperaran que cayera el Espíritu Santo sobre ellos antes de que salieran a comenzar sus ministerios. Dice la palabra que estaban unánimes en esto, y ahí está la clave: solo hace falta ponernos de acuerdo para esperar en Dios, en oración. Lo que sucede en medio de una reunión de oración, no depende de nosotros, sino de Dios. Su Presencia, Su Gloria que se manifiesta cuando oramos juntos, eso provoca que nos conectemos, a tal nivel que aunque hablemos diferentes idiomas, nos podamos entender.
“¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?” -Hechos 2:8
Oremos juntos, pongámonos de acuerdo, y comenzaremos a experimentar el respaldo sobrenatural de Dios en nuestros quehaceres.