Te quiero contar la historia de cómo conocí a mi amigo Johnny. Los padres de Johnny visitaron mi hogar hace alrededor de 2 meses con la intención de residir temporeramente en mi marquesina. De primera instancia, me resistí y les negué la oportunidad. Luego, tras ver su persistencia, sentí compasión y cedí. Llegamos a un acuerdo en el cual podían preparar su espacio en mi hogar con la condición de que serían limpios. Les advertí de los riesgos. Aun así, persistieron. Terminaron su nido y se mudó la pareja de reinitas. Poco después, y de forma muy accidentada, conocí a su hijo: Johnny.

Este suceso, en sus inicios, me pareció muy útil para aplicarlo a los métodos de un análisis de viabilidad. En el artículo original de Cómo hacer un Estudio de Viabilidad, describí los elementos a considerarse antes de tomar acción y desarrollar un proyecto. Tal como le mencioné al padre de Johnny, analizar el entorno es sumamente importante. Según las sugerencias que le hice, fui sorprendido al ver la capacidad analítica de la naturaleza a la hora de actuar en algo tan instintivo como construir un nido.

Sucedió lo peor de los riesgos: a los padres de Johnny se les cayó su hijo del nido. Johnny se cayó del nido. Sin embargo, para haberse caído, cayó en el lugar más indicado y seguro: en mi guagua. Temprano en la mañana siguiente, lo vi. Le preparé una caja y lo llevé a la tienda local de productos para mascotas. Esto no quita el hecho de que se cayó. El bebé se cayó. Esto es algo que nos sucede a muchos en las etapas iniciales de criar nuestros negocios. Tal vez hubo mucho que no pudimos prever respecto al dominio de la competencia, o las exigencias del mercado, las exigencias gubernamentales, o detalles esenciales del producto mismo. Muy a mi sorpresa, la naturaleza me demostró que pudo identificar uno de los aspectos más importantes a considerarse a la hora de estudiar la viabilidad de un proyecto: el perfil de la gente en el entorno de desarrollo.

La calidad del mercado

Como había compartido en el artículo sobre las 3 metas principales de la publicidad, más allá de los detalles del producto, la forma en que uno lo vende tiene más que ver con la gente que pueda comprarlo. Los padres de Johnny miraron mas allá de la estructura física del lugar que habían escogido como su hogar temporero, nos miraron a nosotros que vivimos aquí.

Me casé con mi esposa hace a penas 6 meses y ambos somos estudiantes de pos-grado a tiempo completo (también trabajamos con la Revista Lo Esencial a tiempo completo), así que les confieso que comenzamos nuestra vida matrimonial, como muchos, en un lugar… interesante. Hay gente buena en todo lugar, aunque sean pocos… y no me sorprende ahora que estas reinitas hayan visto que en nuestra marquesina estarían más seguros que en los árboles de los patios de algunos de nuestros vecinos (jeje). Aunque tal vez fallaron en el diseño de la estructura del nido, y tal vez un lugar con grama en el piso que suavice la posible caída de sus hijos cuando comiencen a aprender a volar hubiera sido ideal, los padres de Johnny confiaron en que nosotros le ayudaríamos.

No todos lo mercados apoyan los proyectos locales y no todo el mundo consume todos los productos existentes. ¿Esto significa que no vamos a crear un lugar para criar nuestros bebés? ¿Esto significa que no vamos a diseñar estructuras organizacionales y construir nuestros proyectos?

¿Quién es tu mercado?

Tienes un producto o un servicio. Excelente. ¿Quién lo consume? En un mercado local, ¿cuánto de la población lo apoyará? ¿20%? ¿40%? ¿Dónde están? ¿En el centro comercial, en sus autos, en Facebook o en Google AdWords? En tiempos tan competitivos, ¿les podrás llevar el mensaje de una forma suficientemente creativa para apelar a ellos y lograr su apoyo?

por Héctor Alfredo Millán