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Vivo en un lugar donde muy poco se respeta del espacio de los demás. Aunque la mayoría de los locales parecen ser personas bastante privadas que andan siempre solos o con sus familias, encuentran la forma de entrar en mi espacio. Sin venir a hablar conmigo o con mi esposa, sin saludarme, casi siempre sin verme, los siento en mi habitación. Los siento porque los escucho. Parece haber una competencia local entre el más que se escuche, el más que se haga sentir. Parece que aun los autos más antiguos tienen equipos de música de competencia; creo que le han removido los catalizadores a TODOS los autos, motoras, e inclusive las scooters; motoras de monte, 4-Tracks y Jeeps parecen tener una pista de prueba de motores frente a mi casa; el colmado local prende la música desde las 8:30am hasta las 6pm, en ese entonces suben el volumen para que los que visitan puedan quedarse bebiendo hasta las 11:30pm (todos los días, muchas veces hasta más tarde); ¡en estos días vi un niño de apenas 13 años arrastrando una neverita de playa llena de bocinas produciendo el estruendo más catastrófico de reggaetón inimaginable!

¿Por qué tanto ruido?

Esta era informática pudiera haber llevado a esta generación a desvalorar la privacidad. No digo que sea bueno o malo, sino que ya no se requiere comprar un espacio en la radio para expresar tu pensamiento públicamente. Tenemos herramientas como blogs, facebook, twitter, Google+, y demás plataformas de expresión con potencial masivo. De momento, todos queremos ser escuchados, todos queremos que el mundo sepa que tenemos una voz. Un poco más allá de querer ser sentidos, las redes sociales y/o los canales digitales facilitan el saciar una de nuestras necesidades más fundamentales: conectarnos los unos a los otros, socializar, sentir que pertenecemos a un grupo. Y cada cual, es sus respectivos grupos y adjudicándose a las normas implícitas en los mismos, se expresarán en la forma más prudente y aceptada allí. En mi caso, yo soy un extranjero en el barrio donde recientemente me mudé y por ende, un ignorante ante la cultura local. Lo que para mí es ruido innecesario y una obstrucción a mi paz, aquí es un lenguaje por medio del cual se expresan diversos mensajes de forma muy eficaz y se da una conexión social.

En el mercadeo no se trata de hacer más ruido, sino producir las melodías correctas

Llevemos esto al macro comercial. Compañías luchando por mover sus productos deben estar muy conscientes de la diversidad cultural en las zonas geográficas. Inclusive en una ciudad, existen culturas y subculturas compuestas de individuos muy diferentes pero con el mismo potencial de consumo de un producto. Se busca establecer el perfil del consumidor promedio o el más común, pero para poder llevar las ventas al próximo nivel se deben identificar las características de consumidores. Esto no te limitará a un solo demográfico, sino que abrirá una perspectiva amplia para ver los consumidores de X producto en diversas zonas e identificados con distintas subculturas.

Llevemos esto al marketing. Al diseñar campañas publicitarias, la planificación es clave para no perder tiempo y dinero en llevar un mensaje por medios equivocados en zonas donde el lenguaje es distinto. El receptor pensará que estás haciendo ruido innecesario. No obstruyas su paz, será una publicidad negativa.

Que la campaña publicitaria de tu organización sea una canción elaborada justo para el oyente. Los ritmos y el lenguaje utilizado en el reggaetón no necesariamente son los ritmos y lenguajes de aquellos que prefieren rock, jazz, reggae, salsa, o dubstep.

Aprovecha las oportunidades correctas, los medios adecuados

Recientemente se nos ofreció la oportunidad de colaborar como auspiciadores en un concierto de música cristiana. Dado que uno de nuestros segmentos principales en la Revista Lo Esencial es el de reflexiones espirituales, para nosotros es útil tener presencia ante tal público cautivo. También, como coordinamos eventos de turismo interno en Puerto Rico, es buena oportunidad para aprovechar y promover dichos eventos ante personas que asisten a conciertos y por ende, les gusta salir.

Pero no nos podemos limitar. Como muchas compañías, ofrecemos variedad de productos. Productos distintos, para personas distintas, que disfrutan cosas distintas. Para cada producto, aplican una variedad de medios porque no solo cristianos que asisten a un concierto buscan reflexiones espirituales y turismo interno.

Tampoco te puedes limitar. Tal vez los medios tradicionales o de mayor renombre no te darán el mejor resultado porque son muy masivos. La nueva tendencia emergente es la de medios que se enfocan en nichos o grupos de intereses específicos y medios de concentración regional. No nos podemos cerrar ante la oportunidad de evaluar propuestas de medios nuevos, tal vez puedas encontrar lo que siempre habías buscado.