222413_10151515319060299_1932827849_n¿Qué hablará la gente de ti? ¿Lo has pensado? Podría ser difícil de contemplar, pero la verdad es que las personas con las cuales te relacionas van formando una impresión de ti en cada interacción.

Este es el 2do artículo de la serie “Hablando en público” (puedes ver el 1ro sobre Introducciones que cautivan aqui). Para éste, investigué acerca de estrategias de presentación de contenido. O sea, el grueso del mensaje. Pero quiero que entiendas algo: tú tienes una marca. Sí, como Coca Cola o Toyota. No estoy diciendo que eres dueño de una corporación (aunque lo seas). Estoy hablando de tu marca personal. Tu nombre y tu apellido es una marca que recibe reconocimiento cada vez que te expones a expresarte frente a un público. Este público podría ser en una reunión de trabajo, en la iglesia, frente a tu familia, en la universidad, una conferencia, en Facebook, Twitter o el blog.

Cómo hacer que tu marca personal sea reconocida por el valor de tu contenido

Cuando hablen de ti, que digan que siempre tienes algo de valor para aportar. Esto te hace una persona de influencia. 5 Estrategias para la entrega efectiva de contenido de calidad:

  1. Tu conocimiento es tu confianza. El conocimiento es poderoso para liberarte de la ansiedad, de la confusión y del gagueo. Dominar el tema que expones, sentirte cómodo en el lugar y con la gente que te escucha te inspirará confianza y fluidez. Prepárate bien en el material antes de compartirlo, llega temprano al lugar de reunión para que te familiarices con el espacio y trata de presentarte a algunos de los miembros del grupo antes de comenzar.
  2. Aporta contenido que dirija hacia el éxito. A nadie le gusta fracasar, todos buscamos formas de tener mayor éxito en las cosas que hacemos. Procura que lo que digas deje en las manos (o en los corazones) de quienes te escuchan herramientas útiles para crecer en la vida. Te recordarán por eso.
  3. No te disculpes. Puede que nadie se haya dado cuenta de que estás nervioso/a. Ni lo menciones. Prosigue hacia la meta, que es la exposición de tu mensaje.
  4. Convierte cualquier nerviosismo en energía positiva. Piensa que tu ansiedad es adrenalina. Aprovéchala para presentar un mensaje energético y dinámico.
  5. La clave está en la estructura. Yo no soy fiel creyente de que todo orador deba tener un bosquejo escrito durante la presentación. Conozco algunos que exponen mensajes completos y ordenados sin ningún material de guía y hacen entrega de información valiosísima que se retiene fácil y se pone en práctica rápido (este es el mejor mensaje). Sin embargo, tiene que haber un plan previo que establece el orden lógico de los subtemas. Al plan, algunos le llaman el “esqueleto”, otros le llaman “el muñeco”. Si te fijas, se refieren a la planificación de un mensaje comparándolo a un cuerpo con cabeza y miembros. Todo tiene que ir bajo la misma cabeza, el tema principal. El plan estructural de tu mensaje es útil para evitar que te desvíes, divagando de tema en tema y mareando a tu público en el acto (y aburriéndolos). Si vas a usar materiales de guía como tarjetas, notas, una tablet o una presentación en Power Point, recuerda que el enfoque sigues siendo tú. Resiste ante la tentación de llenar el bosquejo con demasiado texto. La gente quiere escucharte fluir en el tema, es ahí donde aprenderán.

“Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto.” –Proverbios 18:21

Pregunta: ¿Qué estrategias de oratoria te han funcionado para ganarte el público?