Imagen de elgritodelalechuza.blogspot.com

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Yo tenía una forma de conducirme muy diferente a la que tengo ahora. Una forma bien distinta de ver las cosas. Cuando tenía novia, por ejemplo, me entregaba de tal forma que la relación dominaba todo en mi vida. Descuidaba todo lo demás y me perjudicaba. Dejaba de cumplir con mis compromisos por estar con ella. Me costó mucho, inclusive la relación. Si, hasta la relación se acabó por estar tan desbalanceado.

Años después, conocí a Jesús y aprendí muchísimo de sus enseñanzas. Sin embargo, tuve otra relación y me sucedió algo bastante similar. Perdí el balance y descuidé compromisos. Perdía el interés en ciertas cosas. Cuando me di cuenta, me quedé perplejo ante el fenómeno de mi descontrol.

Cuando estás atado a un comportamiento, a una relación, a una sustancia o a una manera de pensar, es como si uno estuviera esclavizado a eso. Le sirves, a menudo sin darte cuenta.

¿Cómo liberarse? ¿Cómo restablecer el control de tu vida?

Encontré en el libro de Éxodo, en la historia de cuando los israelitas fueron liberados de su esclavitud en Egipto, principios valiosos que quiero compartir contigo. Te voy a contar un resumen de cómo Dios preparó a su pueblo antes de sacarlos de la esclavitud y te voy a explicar cómo puedes aplicar esto para romper ataduras.

Éxodo 12 y las aplicaciones de sus principios

El capítulo 12 de Éxodo describe el proceso que Dios mandó a los israelitas a realizar el día antes de liberarlos. Conllevaba escoger un cordero, asarlo y comerlo. Pero al observar el detalle de las instrucciones, podemos identificar las similitudes de dicho proceso a la forma en que Jesús murió por nosotros, desatando también nuestro acceso actual a la libertad.

Los primeros versículos empiezan hablando de cómo Dios quería que los israelitas empezaran sus años con ese mes en el que estaban. Antes de una liberación, es necesario que reconozcas que estás por empezar un nuevo tiempo. Según el comentario bíblico de Mathew Henry, esto fue a mediados de marzo. Así como la primavera renueva la faz de la tierra, así también Cristo y su libertad.

Las instrucciones fueron que mataran un cordero por familia. Si la familia era pequeña, que matasen un cordero entre varias familias cercanas. Hay veces que para poder confrontar tu atadura, el sacrificio es muy grande para ti. Dios lo sabe, y te motiva a que pidas ayuda. Por eso es tan importante que te congregues en un lugar donde puedas crear un grupo de apoyo con tus pastores, líderes y demás miembros. Explico este versículo en este corto video:

Tenían que comer el cordero con pan sin levadura y hierbas amargas. El pan de aflicción y hierbas de amargura simbolizaban las amarguras que se viven bajo esclavitud. Es necesario que recuerdes la aflicción que trajo la esclavitud, para que Cristo nos sea dulce ante la amargura del pecado.

Debía ser comido con prisa, como aquel que se apresura para estar listo para la marcha. Ceñidos y calzados, en postura de marcha, listos para que Dios nos mueva hacia la libertad y hacia sus promesas.

No podían dejar nada para el día siguiente. Dios mismo, quien te llamó y te conducirá por el camino, te sustentará. Confía y entrégalo todo.

Cristo es nuestra Pascua

Dios les describe este proceso y les pide que lo celebren anualmente como su Pascua. El propósito de la pascua era celebrar que Dios liberó a su pueblo de las plagas y de la esclavitud en Egipto. Pero 1 Corintios 5:7 nos dice:

Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado.

Tenía que ser un cordero, y Cristo es el Cordero de Dios.

Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. –Juan 1:29

Tenía que ser un macho de 1 año, en la flor de su edad. Cristo también se ofreció en la flor de su edad, no en su infancia.

El cordero había de ser sin defecto. Así como Cristo fue sin mancha.

El cordero había de ser muerto y asado al fuego. Esto es símbolo del sufrimiento de Cristo en su muerte. También simboliza el fuego por el cual es pasado tu corazón durante tu proceso de liberación  Debes resistir ante el fuego de toda tentación.

Había que rociar los postes y el dintel con la sangre del cordero. La fe se profesa públicamente. Había que usar un manojo de hisopo para el roseo de la sangre en el dintel, esto es símbolo de la fe con la cual nos aplicamos las promesas de salvación. Mediante tu fe, Cristo mancha tu corazón con la sangre del Cordero, El es el Cordero de Dios. La sangre que El derramó en la cruz por ti tiene poder para liberar, sanar, restaurar, levantar y salvar. Dios mandó a que su gente marcara sus casas con la sangre, y que la marca fuera visible delante de todos. Que se note que eres cristiano!

Dios finalizó la descripción del proceso mandando a que el cordero había de ser comido entero. Señala que debemos comer a Cristo entero, asimilando su yugo, cruz y corona mediante nuestra fe. Así como la comida temporera satisface nuestra hambre y nos alimenta, así también Jesús nos da fuerza espiritual y alimento a nuestra alma.

Pero el proceso completo no terminó con el cordero. Solo comenzó ahí. El proceso fue diseñado por Dios para proteger a los israelitas de la última plaga, la que haría que el Faraón los soltara de la esclavitud. La plaga consistía en la muerte de cada primogénito de Egipto. Los israelitas tenían que marcar sus puertas con la sangre del cordero para identificarlas y que la muerte no los tocara.

Liberación 

La libertad de la esclavitud viene con la muerte del hijo del esclavizador. Por lo general, uno llega a una atadura porque es atraído por su fruto, o su resultado. Llegamos a pensar que ciertos comportamientos o relaciones nos funcionan, inclusive que nos ayudan. Esa forma que consideramos que nos beneficia, ese fruto, es el que tenemos que estar dispuestos a matar. En mi caso, tuve que estar dispuesto a matar la compañía, por mejor que fuera, y atenerme a la soledad. Me comí a Cristo entero y confié en que Él se aseguraría de que todas mis necesidades fueran saciadas. Internalicé mediante mi fe Su yugo al servirle, Su cruz al seguirle y Su corona al hacerlo el Rey de mi vida. El cumplió su promesa de liberarme y llevarme a una tierra llena de bendición.

Aqui explico acerca de “comer a Cristo entero”: