Imagen de iglesiasbautistasglobal.org

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Me encontraba en un salón de belleza que llevaba muy poco tiempo abierto, por lo que la clientela eran todos conocidos; excepto yo. Como suele suceder, comenzaron a hablar sobre asuntos personales, en este caso sobre sus matrimonios y sobre los problemas que enfrentaban con sus esposos. Había una de ellas que me llamaba la atención porque se sentía tan poderosa, tan grande y tan sabia… Describía cómo obligaba a su marido a hacer lo que ella le decía, como engañaba a su mamá para que le cuidara a los hijos para salir con sus amigas, entre otras cosas.

Dije wao, esta mujer está revelando estrategias que tienen a las otras dos participantes de la conversación perplejas, ¡debe ser tremenda!!! Añadió que ahora él hasta cocinaba!!! Oh wao, ella debe ser, dentro de todo, espectacular. Continuó: ”ahora que está solo anda derechito, porque él sabe cómo soy yo”. ¿Solo? Aquella pareja se había divorciado. Lamentable, ¿pero cómo es posible que ella se reafirmara en ideas que no le dieron éxito? Peor aún, ¿cómo se atreve a compartirlas? La finalización de la relación no necesariamente debió haber sido su culpa, pero siempre cabe espacio para mejorar. Proverbios 31:10 en adelante nos da unas guías de cómo darnos un upgrade.

1. “Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida.” -Proverbios 31:12

Examinamos que hay en nuestro corazón, porque si no siempre hay deseos de darle lo bueno, quiere decir que hay alguna herida. Las heridas que no se trabajan se infectan.

2. “Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos.” – Proverbios 31:13

Ser una mujer esforzada, trabajadora, que utiliza sus dones y talentos para servir. Lo que no se usa se daña.

3. “Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas.” -Proverbios 31:15

Cocina. No veamos el cocinar como una esclavitud sino como una verdad para bendecir. La comida une la familia a la hora de la cena. En mi nueva faceta de mujer casada he sentido la necesidad de preguntar qué puedo llevar a donde me invitan. Si es algo que tengo que confeccionar, trato de hacer algo del agrado de todos y lo mejor es que me llena de alegría saber que están complacidos con mi esfuerzo.

4. “Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de sus manos.” -Proverbios 31:16

Planifica. Una mujer que piensa en el futuro. Como decía un anuncio: “mujer precavida vale por dos”.

5. “Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos.” -Proverbios 31:17

Busca fortalecerse física, mental y emocionalmente. Hace poco hablaba con una pastora que pasaba por una micro-crisis y me dijo: yo reconozco que necesito una palabra de fe, así que me compré un libro que se titulaba: “Cuando mi vida está hecha pedazos”. Algo tan sencillo y fue maravilloso. Todos reconocemos los momentos de crisis, pero casi nunca decidimos hacer lo correcto: lo que nos bendecirá.

6. “Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche.” -Proverbios 31:18

De noche, en los momentos más difíciles, donde no se puede ver con claridad, la mujer virtuosa no pierde su fe. Se asegura de hacer todo lo que esté a su alcance para que todo marche bien y luego puede descansar en eso.

7. “Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir.” -Proverbios 31:25

Mujer fortalecida y confiada en que todas sus acciones fueron hechas de manera honrosa y así no tendrá de qué avergonzarse. Se ríe del porvenir porque sabe que todo pasa y que todo lo superará.

8. “Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua.” -Proverbios 31:26

Abre su boca con sabiduría. Hay momentos que requieren silencio. Por lo general esos momentos son los más emocionales, los que sacan de nuestros labios palabras que no nos ayudan a transformar la situación; solo son un desahogo.

Desahogarse está bien, es necesario. En los salmos podemos observar unas palabritas en itálica que dice: selah. Estos ‘selah’ son momentos de silencio en medio de oraciones a Dios. Muy curioso observar que después de cada selah hay un cambio de actitud. Es más fácil conseguir argumentos en momentos de coraje pero es más saludable decidir abrir la boca cuando lo que vayamos a decir sea de bendición. La blanda respuesta aplaca la ira (Prov. 15:1).