Que tener buen perfume.
El día en que uno muere es mucho mejor
Que el día en que uno nace.
Es mejor ir a un funeral que ir a una fiesta,
Porque todos deben morir,
Y los que están vivos deberían aceptar eso.
El dolor es mucho mejor que la risa:
Porque cuando estamos tristes,
Tratamos de ser buenos.
El sabio piensa en la muerte,
Pero el falto de entendimiento
Solo piensa en pasarla bien.
Es mejor ser criticado por un hombre sabio,
Que ser alabado
Por alguien falto de entendimiento.
La risa de los tontos
Es como el crepitar de la leña
Que se quema en el fogón,
Y tampoco tiene sentido.
Hasta un hombre sabio
Se olvidará de su sabiduría
Si alguien le paga un buen dinero.
Ese dinero le corrompe su entendimiento.
Es mejor terminar algo que comenzarlo.
Es mejor ser gentil y paciente
Que ser orgulloso y ansioso.
No te enojes con facilidad
Porque enojarse es una tontería.
No es inteligente preguntarse
Por qué todo tiempo pasado fue mejor.
Ser sabio es como ser rico. En realidad, el sabio conseguirá mucha riqueza. La sabiduría y el dinero pueden protegerte, pero es mucho mejor lo que aprendes al ser sabio porque ese conocimiento te puede salvar la vida.
Observa la creación de Dios. No puedes cambiar ni una sola cosa aunque pienses que está mal. Disfruta los buenos tiempos; pero cuando la estés pasando mal recuerda que Dios nos da momentos buenos y malos, y que nadie sabe lo que vendrá en el futuro.
En mi corta vida he visto de todo: gente buena que muere joven y gente mala que vive mucho tiempo.
No hay que irse a los extremos
De la honestidad y la sabiduría.
¿Para qué intentar acabar con uno mismo?
No hay que irse a los extremos
De la maldad y de la insensatez.
¿Para qué morir antes de tiempo?
Es mejor agarrar bien esto,
Sin soltar de la mano aquello.
El que toma en cuenta a Dios
Saldrá bien en todo en todo esto.
La sabiduría da fortaleza,
Un sabio vale más que diez alcaldes.
No hay ningún ser humano perfecto
Ni que nunca haya pecado.
No hay que poner atención a todo lo que dice la gente, así no oirás cuando hable mal de ti quien está a tu servicio, pues sabes muy bien que muchas veces tú has hablado mal de otros.
-Eclesiastés 7, autor: El Rey Salomón