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Este verano estoy tomando un curso de Consejería de Grupos y Familias como parte de mi programa de Maestría en Consejería con especialidad en Rehabilitación. Como introducción al curso, discutimos las destrezas de liderazgo necesarias para dirigir reuniones eficientemente y las fuerzas que se ejercen en las reuniones, aplicables a todo tipo de grupo: grupos de tareas (equipos de trabajo en organizaciones), apoyo (como para víctimas de maltrato), consejería y terapia (familias, personas con problemas de conducta o salud mental, etc.), educación (talleres o salones de clase), discusión (estudios bíblicos o grupos de estudiantes) y crecimiento (por ejemplo un grupo de jóvenes recién ingresados a una universidad). Puede que un grupo comparta características de varios tipos de grupos. Por ejemplo, puede que se dé una dinámica de consejería en un grupo de apoyo, una dinámica educativa en un grupo de tareas, etc.

Hoy quiero compartir contigo sobre las “fuerzas terapéuticas” que se ejercen en las dinámicas de grupo para que al entenderlas, las puedas manejar  y aprovechar a tu favor para tener reuniones más efectivas.

  1. La claridad del propósito: Muchos de los atrasos ocurren cuando se pierde el enfoque de lo que se supone que estemos haciendo. Lograr que cada miembro del grupo entienda desde el principio el propósito del grupo los impulsará constantemente hacia la meta. El Plan de Trabajo es esencial para establecer dirección, seguridad, estructura y orden entre los miembros. Les recordará el propósito constantemente y protegerá de los riesgos de la improvisación y el desespero: cuando hay un propósito y un grupo de trabajo dispuesto pero no hay un plan específico, se intenta agarrar cada oportunidad que aparece de alcanzar dicho propósito; esto puede llevar a actividades coordinadas y ejecutadas a última hora y sin la preparación adecuada, lo cual puede llevar al grupo a experimentar ansiedad y poco éxito, lo que a su vez desmotiva.
  2. Relevancia del propósito: ¿Qué tipo de grupo diriges? ¿Quiénes son los integrantes? ¿El propósito es relevante para todos? La forma en que se procede, ¿le interesa a todos? Planificar actividades y discusiones relevantes mantendrá al grupo interesado.
  3. El tamaño del grupo: Grupos educativos pueden ser de gran cantidad de participantes, ya que no son tan interactivos entre los miembros. Los integrantes, en su mayoría, son personas interesadas en atender al líder y su discurso para poder aprender el material presentado. Los demás tipos de grupos deben ser de menos cantidad de participantes para poder observar y percibir sus interacciones, lograr su retroalimentación y atender sus necesidades.
  4. La duración de cada reunión: Según Jacobs en su libro Group Counseling Strategies and Skills, las reuniones de grupos de educación, discusión y tareas deben ser entre 1 y 2 horas. Debe haber suficiente tiempo para que el mensaje se lleve, la retroalimentación se reciba y las dudas se aclaren. Si se extiende demasiado la sesión, puede que contenido importante se olvide, el grupo se canse y se comience a desarrollar una opinión negativa de las reuniones. En algunas ocasiones se requerirá mayor duración para lograr metas específicas (3 horas, 1 día, un fin de semana), como en talleres intensivos, retiros, reportes de fin de periodo, etc.
  5. La frecuencia de las reuniones: Esto depende del tipo de grupo y las necesidades de los integrantes. Grupos de tarea se reunirán con menos frecuencia para permitirle a los miembros tiempo entre medio para trabajar en sus responsabilidades y lograr progreso antes de la siguiente reunión. En sesiones de consejería y terapia, puede que se requiera reuniones diarias, 2 veces en semana, semanales, quincenales, etc. La idea es verse con suficiente frecuencia como para poder atender las necesidades que surjan y no perder el sentido de propósito (que cada reunión no se sienta como la primera vez y se distancie el grupo), pero que no sea tan frecuente como para agobiar a los miembros.
  6. El ambiente: Desde el lugar que se escoge para llevar a cabo las reuniones, hasta el tono de voz del líder, establecerán un ambiente que puede provocar a que los miembros estén concentrados o totalmente distraídos e improductivos. Toma en cuenta la decoración y la privacidad para provocar mayor confianza, seguridad y participación.
  7. La hora en el día en que se lleva a cabo la reunión: Necesitas la atención, respuesta y productividad del equipo. Lleguen a un acuerdo en cuanto a la hora en el día en que se reunirán, pero procura que no sea una hora en la que todos podrían estar cansados.
  8. La actitud del líder: Hay 2 factores principales que influirán en la actitud del líder: si le gusta el grupo y si domina los tópicos de discusión. Puede que no le guste el grupo por varias razones: miembros de difícil manejo; puede que hayan integrantes que tengan opiniones encontradas con el líder, rebeldes contra el sistema o la estructura de trabajo, constantemente desanimados o con agendas escondidas. Esto puede agotar las fuerzas y el ánimo del líder. También, si el líder no domina los temas de discusión, se puede sentir con menos autoridad en la dinámica de la reunión, lo cual a su vez puede causar desánimo. El desánimo y demás actitudes negativas se verán reflejadas ante el grupo y se les pueden transferir.
  9. Miembros nuevos: La llegada de nuevos integrantes puede determinar atrasos en el progreso general, ya que el líder se puede ver en la necesidad de poner al nuevo miembro en contacto con los demás y al día en cuanto a todo lo anteriormente logrado. Esto es necesario, pero se puede lograr sin detener el trabajo y el propósito de las reuniones. Intenta encontrarte primero a solas con la persona nueva y explícale lo fundamental: el propósito de las reuniones, lo logrado hasta el momento, las metas más inmediatas y los objetivos finales. Al llegar a la reunión, introdúcelo al grupo e intenta a través de las dinámicas incorporarlo a las operaciones. Si es un grupo de tarea, como en una organización, aprovecha la introducción para mencionar algunos de sus atributos y posibles aportaciones, así le dejarás saber lo que se espera de él/ella. Aprovecha también para mencionar algunos de los atributos y aportaciones de los demás miembros para que el nuevo sepa a quién  acudir en caso de ciertas dificultades que pueda encontrar durante sus funciones.
  10. Asistencia Compulsoria: Puede que se haya aprobado una propuesta para desarrollar un proyecto del cual no todos los miembros del grupo estaban de acuerdo. También existen ciertos grupos, como de consejería y educación por problemas de conducta, adicción o violencia doméstica, done algunos de los miembros asistan por orden del tribunal. Puede que algunos de estos miembros no comiencen las reuniones con la actitud más llevadera. En estos casos, aprovecha la etapa inicial del grupo para reconocer la incomodidad que pudieran estar experimentando algunos de los miembros por tener que asistir a las reuniones y colaborar con el propósito, y expresa tu intención de tratar de hacer que la experiencia de trabajo sea la más amena posible para poder lograr los objetivos.

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Estos son algunos de los factores que más pueden influenciar en la dinámica de grupo. Ahora, a prepararnos para manejarlas a favor de la unidad del grupo y el progreso hacia las metas.