Imagen de interestingmarketingtidbits.com

Imagen de interestingmarketingtidbits.com

Una señal común de crecimiento organizacional es el crecimiento numérico de sus miembros. Por ejemplo, una empresa de repente puede contratar más empleados, o una organización sin fines de lucro que logra reclutar más voluntarios. Sin embargo, de poco vale la añadidura de muchos miembros nuevos si, al pasar de unos meses, éstos se van.

Para seguir creciendo, necesitamos retener los que lleguen. Solo así, habrá más disposición, más gente apasionada que se identifique e integre para que aporte ideas nuevas y apoye los proyectos progresivos que llevarán a la organización al frente de la ola. Llegadas estas manos nuevas, ¿cómo retenerlas para poder dar longevidad a los proyectos?

La Fórmula de Motivación en Equipos de Trabajo

El recurso más valioso en las organizaciones es a la vez el más impredecible: el recurso humano. En las organizaciones, mantener la motivación de los miembros es una fórmula que parece simple, pero sus elementos son complejos:

Motivación = Remuneración + Ambiente Laboral

Remunerar era más fácil hace 10 o 15 años, cuando la economía global gozaba de mejor salud. Compañías podían ofrecer grandes sueldos y entidades sin fines de lucro recaudaban más, y por ende podían motivar con diversos incentivos. Estos tiempos ameritan enfocarse más en el ambiente laboral.

¿De qué se compone el ambiente laboral? Las condiciones higiénicas del lugar de trabajo, el ritmo de crecimiento, la estabilidad, la cultura organizacional, que envuelve la velocidad de adaptación a los cambios en el ambiente o mercado, la rapidez de toma de decisiones, estilos administrativos conservadores o liberales, apertura de comunicación, disponibilidad de información… y finalmente y con mayor importancia: la calidad promovida de las relaciones interpersonales entre los miembros. ¿Por qué promovida? En las organizaciones, los comportamientos de los líderes son observados y asimilados por los miembros de más baja autoridad y por ende, tienden a ser aprendidos y duplicados entre el resto del grupo. Son aceptados como adecuados para poder crecer dentro de la organización. Así se establece la cultura organizacional.

¿Qué tipo de relaciones estamos promoviendo en nuestras organizaciones? Incluso, ¿en nuestras familias?

Las relaciones interpersonales son azotadas con diversos procesos difíciles: cambios económicos que traen inseguridad y ansiedad, diferencias de opiniones pueden generar discusiones que lastiman, medidas correctivas y disciplinarias pueden ser mal ejecutadas y/o mal recibidas, y también está el fenómeno de los cambios en la misma relación. Tal vez porque se le reste tiempo a la relación, o por la divulgación de información privilegiada, o por falta de reconocimiento, o por falta de inclusión en los asuntos de la entidad; cambios así pueden crear desconfianza y distanciamiento. Mucho de esto se puede contrarrestar con la definición de roles y la exposición de una visión organizacional abarcadora: que todos sepan cuál es su propósito dentro de una entidad que tiene mucho trabajo que hacer. Una visión abarcadora, implicando mucho trabajo, evitará el dar lugar al aburrimiento entre los miembros. El aburrimiento es, generalmente, lo que permite tiempo y espacio para el ocio, las murmuraciones o “chismes”, “dramas” interpersonales, etc.

Con todo, hay muchos “roces” que simplemente surgen por los apuros de estar en la misión operacional. Es nuestro deber como líderes propiciar que las relaciones entre los miembros de nuestros grupos resistan estos roces, para que la misión se pueda alcanzar.

¿Cuáles son las relaciones diseñadas para resistir?

Jesús, hablando del matrimonio, dijo:

“Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” –Marcos 10:9

Las relaciones matrimoniales fueron diseñadas por Dios para durar. Por favor, no estoy diciendo que en el trabajo nos debemos casar con nuestros compañeros y compañeras. Solo quiero resaltar que las relaciones matrimoniales contienen (bueno, se supone) un elemento que por naturaleza propia, une. Esa fuerza unificadora es el amor.

El Amor en el Ambiente Laboral

La lección aquí es simple. ¿El ambiente laboral está cargado o “sensitivo”? ¿Abundan las disputas entre los miembros? Siembre amor. Saque tiempo para dar reconocimientos del buen trabajo. A la hora de corregir, tenga en cuenta que todos tenemos sentimientos, y no todos reaccionamos de la misma manera. Algunos pueden tomar la corrección de forma personal, así que escoja bien sus palabras. En un curso de consejería grupal en la universidad, un profesor nos brindó esta sabia filosofía: A la hora de resolver, duro con el problema pero suave con la persona. Tal vez piensas: ¿Y si el problema es la persona? Entiendo que hay personas “problemáticas”. Personas que difieren en cuanto a la visión organizacional, personas que tienen “agendas escondidas” y traman para dividir el grupo. Para esas personas, que abunde más el amor por la causa de la organización y por la organización misma, y si no se logra la corrección, tal vez sea mejor despedirlas.

Por experiencia, me parece que esos casos no son los más comunes. Hay personas que crean dificultades en el ambiente, simplemente, porque no saben cómo manejar situaciones interpersonales. La responsabilidad del líder es mantener una fuerte compasión por su equipo, reconociendo que algunos (o muchos) del grupo pudieron haber pasado por experiencias traumáticas que les afectaron el comportamiento y otros que pudieron haber tenido carencias en su niñez. Seamos con ellos como “maestros del amor”, enseñando cómo soportar, cómo educar, cómo dar oportunidades, cómo dialogar y negociar, qué tipo de humor es el adecuado para el ambiente laboral y cómo respetar. La mayor demostración de amor es el querer conocer a su gente. Hace una gran diferencia sacar 5 minutos para preguntar por intereses y aspiraciones. Este tipo de conversación “casual” abre paso a mayor confianza, lo cual fortalece los lasos.

Para concluir, le dejo algunos versículos que nos impulsan a amar en todo tipo de relación:

“Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.” –Romanos 12:10

“Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.” 1ra de Pedro 4:8