“E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo.” -1 Samuel 18:3
Jonatán y David pudieron reconocer que fueron conectados en un tiempo específico por un propósito divino. Por tal razón, se comprometieron, hicieron pacto.
Su relación fue altamente retada, su pacto fue puesto en peligro muchas veces ante las amenazas del Rey Saúl. Pero Jonatán y David mantuvieron su pacto porque pusieron el propósito eterno por encima de la prueba terrenal y temporera.
En esta temporada de pandemia y cambios circunstanciales, donde sistemas cambian, economías cambian, condiciones de vida cambian, ¿nuestros pactos también cambian? Ante las amenazas del Covid-19 que ha querido establecer un reino de temor, nuestros compromisos están siendo probados.
Todos los fundamentos están siendo sacudidos para separar el trigo de la cizaña: para ver cuáles compromisos eran genuinos y cuáles eran de la boca para fuera.
Recordemos esto: el árbol solo da fruto si tiene raíces profundas.
Has recibido palabra y visión profética respecto a resultados que esperas ver. Mantén la expectativa, mantén el compromiso. No permitas que una prueba temporera te robe una promesa divina.
En medio de la prueba, mantente firme en los pactos de Dios que has hecho. Eres árbol plantado junto a corrientes, que a su tiempo, darás fruto.