“Mira, haz lo que te digo. Báñate, perfúmate y vístete con tu ropa más linda. Después baja al campo de trillar, pero no dejes que Booz te vea hasta que termine de comer y de beber. Fíjate bien dónde se acuesta; después acércate a él, destapa sus pies y acuéstate allí. Entonces él te dirá lo que debes hacer.
—Haré todo lo que me dices—respondió Rut.”
-Rut 3:3-5 NTV
Rut hizo exactamente lo que Noemí le dijo que hiciera y el panorama de su vida cambió por completo. Ella pasó de ser una mujer solitaria, pobre y atropellada por la vida, a ser una mujer de familia muy próspera, con un lugar clave en los propósitos de Dios para su pueblo.
La moraleja: Tu destino profético está a la distancia de 1 instrucción.
La mayoría de la gente no logra establecer una relación así de cercana con su líder o mentor, como para experimentar este principio. Pero cuando se logra… 1 sola instrucción de tu líder podría cambiar tu vida por completo.
Cuando hay suficiente amor, compromiso, sujeción y lealtad, Dios se manifiesta ahí. Rut con Noemí, Eliseo con Elías, Timoteo con el Apóstol Pablo, son solo algunos de los ejemplos bíblicos de este principio. Hay una gracia especial que fluye en medio de una relación saludable con un líder. Hay consuelo, compañía en los momentos duros del camino, incluso recursos de ayuda y consejos que bajan del cielo.
Esto podría ser un tema controversial y conflictivo para muchos que dicen “Yo solo le rindo cuentas a Dios”, pero lamentablemente sus vidas reflejan estancamiento.
Dios está buscando relaciones como la de Rut con Noemí. Rut confió y fue fiel. Noemí dirigió a Rut a los pies de Booz, quien es una tipología de Cristo. Así mismo Dios ha puesto líderes dispuestos a dirigir gente a los pies de Cristo, creyendo por la transformación total de sus vidas.
Rut lo logró con Noemí, y pudo ser dimensionada del desamparo, a la plenitud en todo.
Te pregunto: ¿Cómo está tu relación con tu líder?