Además del tema de la orfandad espiritual (del cual hablaremos en otro momento), está el asunto de la herencia del Reino.
Tengamos algo claro: Dios nunca vino a traer una religión. Dios vino a establecer un Reino.
“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
-Mateo 4:17
El sistema de gobierno de un reino no se parece al sistema de los gobiernos a los cuales mayormente estamos expuestos actualmente, pues son establecidos generalmente por votos democráticos o por revoluciones.
En el reino, hay un Rey. Nadie lo elige, el Rey tiene autoridad por quién es Él.
El Rey delega y asigna autoridad a quien elija. Sobre todo, la autoridad del Rey es heredada a su familia real: sus hijos.
¿Quiénes son los hijos del Rey de toda la creación?
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”
-Juan 1:12
Entonces, te invito a reflexionar:
Tú que estás en Cristo, ¿entiendes que eres hijo del Rey de toda la creación?
Si fueras hijo de un Gran Rey, ¿cómo vivirías?
Si fueras hijo de un Gran Rey, ¿cómo hablarías?
¿Cómo te conducirías, en público y en privado?
¿Tus planes futuros serían los mismos?
Las cosas que te preocupan hoy, ¿realmente te deberían preocupar?
Dios quiere impactar nuestras vidas con esta identidad de reino y también impactar la tierra por medio de nosotros: los hijos de Dios el Rey.