Yo tenía 12 años cuando probé la marihuana por primera vez y fue mayormente por curiosidad. ¡Y también porque estaba bien accesible! Era un tema común de conversación en muchos de los círculos a mi alrededor.
En muchas ocasiones dije que “todo el mundo lo hace”, aunque no es verdad. Yo usé esa frase innumerables veces para tratar de justificar mi uso de drogas, pero a lo largo de mi vida me he dado cuenta de que esa fue una de las mentiras que me creí. La verdad es que no todo el mundo lo hace.
A mí me dio curiosidad ese ambiente de las drogas y decidí meterme ahí. Yo conocí demasiada gente que usan drogas, porque decidí buscarlas. Mientras más me interesaba por el mundo de las drogas, más gente interesada por las drogas yo conocía.
Pero también he descubierto que cada mundo tiene su gente. Más adelante me interesé por la tecnología y el internet, y en ese mundo conocí muchísimas personas que compartían esa pasión. Así mismo me ha pasado al interesarme por el mercadeo, la fe, el empresarismo, etc. Mientras más me he interesado con un tema, más he buscado desarrollarme en ese tema y a la vez, más gente he conocido que participan y se apasionan también por ese tema.
En cuanto a las drogas, hoy no puedo decir que todo el mundo lo hace. A lo largo de los años he conocido demasiada gente que no lo hace. He conocido muchísima gente que ni tan siquiera la probaron.
Esto es un asunto de decisiones: ¿En qué ambiente y con quiénes yo decido conectarme?
La palabra lo dice así:
“¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”
-Amos 3:3
Hoy día, le doy gracias a Dios por la gente llena de fe y vida que me rodea.
(Este escrito es parte de un libro que estoy escribiendo titulado “Cómo mis padres me sacaron de las drogas”. Pendiente a estos medios para la fecha de lanzamiento.)