La carne no te va a impulsar a tu propósito en Dios. Eso lo hará el Espíritu, quien anhela agradar a Dios.

“Así que les digo: vivan por el Espíritu y no sigan los deseos de la carne; porque esta desea lo que es contrario al Espíritu y a su vez el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren.”

-Gálatas 5:16-17 NVI

Hay una lucha constante entre tu carne y tu espíritu. ¿Quién ganará? Generalmente, ganará lo que más alimentes. Si alimentas más a la carne, escuchando voces carnales, mundanas, rebeldes contra Dios y Su iglesia, eso tendrá su efecto. Poco a poco, perderás fuerzas espirituales y te irás entregando más a las cosas del mundo.

Pero si te acercas a personas que hablan fe, personas apasionadas por Dios y por agradarle a Él, esto también tendrá su efecto:

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”

-Romanos 10:17

Dios te ha delegado la mayordomía de tu vida, es tu responsabilidad administrarla sabiamente y eso incluye las relaciones que escoges para que sean parte de tu círculo de influencia. Con Cristo como Señor en nuestros corazones y Su palabra como nuestra guía, seamos buenos administradores de nuestras vidas. Esto es vida en el Reino.

“¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”

-Amos 3:3