¿Te ha atacado la frustración y la tristeza? Nos pasa a todos, pues, qué fácil se nos hace enfocarnos en el dolor y en las penas… Puede tener algo que ver con la intensidad de estas emociones negativas; son como la droga: aunque el adicto sabe que le hace daño, es muy difícil soltarla.

Abundemos un poco sobre la dinámica del adicto. La mayoría de las drogas estimulan la serotonina, también conocida como la “hormona del placer” (esta es una de las razones por la cual romper drogodependencias causa depresión; luego de consumir, la glándula que la produce queda “vaga”. So, “stoners” y “rock n’ rollers”, volver a encontrar placer en la vida “al natural” va a requerir restablecer estilos de vida saludables: dieta, descanso, ejercicio, productividad, espiritualidad, etc.). Así que, aunque el adicto sepa que consumir no va a pagar sus cuentas, llevar el auto al mecánico, hacer la compra, ni consolar a su pareja, descansa sobre la almohada del saber que, mientras esté bajo los efectos, no le importará. La propaganda que anuncia los adelantos médicos que identifican la adicción como una enfermedad tratable le han brindado a los adictos una nueva razón para permanecer anestesiados: “estoy enfermo”. ¿Esto sucede con las enfermedades del alma? Claro. Ahora, en la era del poder de las farmacéuticas, en la que todos sufrimos de Desorden de Déficit de Atención (ADD, por sus siglas en inglés), hiperactividad, depresión, catarro, dolor de espalda híper crónico, calor y piquiña en las nalgas, se nos hace facilísimo justificarnos bajo la frase famosa: “estoy enfermo”. Pero, ¿por qué permanecer así?

Se me ha hecho difícil reconocer que, en la mayoría de mis depresiones, he sido yo mismo el que he prolongado el proceso mucho más allá de la duración de la causa. El Dr. Arnaldo Cruz Igartúa un día me habló de un concepto que cambió mi vida: pro actividad. Pude entender que resolución requiere acción. Y, si venía arrastrando años de problemas sin resolver, no podía pretender resolverlos todos en un día. Ahora, no te dejes intimidar por el elemento tiempo. La pro actividad se trata de planificar y organizar para llevar a cabo la acción necesaria. Trata los problemas uno a la vez, un día a la vez. Trata de organizarlos por orden de prioridad: primero los más cercanos a tu vida, los que te puedan impedir tu producción en el hoy. En el momento en que comencé a poner mi plan en acción, ¿se resolvieron todos mis problemas? No. Pero cogí impulso al encontrar satisfacción en mi intento, en mi esfuerzo y en la realidad de que no puedo asumir responsabilidad por las actitudes de los demás, sólo por las mías. Pedí perdón, ¿me perdonaron todos los que ofendí? No. Acepté que el único que tiene el amor suficiente para perdonar todas nuestras loqueras es aquél que nos creo. Acepto Su perdón y me basta, soy libre en El.

“El hombre, como la hierba son sus días;

Florece como la flor del campo,

Que pasó el viento por ella, y pereció,

Y su lugar no la conocerá más.

Mas la misericordia de Jehová es desde la

eternidad y hasta la eternidad sobre los

que le temen,

Y su justicia sobre los hijos de los hijos;

Sobre los que guardan su pacto,

Y los que se acuerdan de sus mandamientos

para ponerlos por obra.”

-Salmos 103: 15-18

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Escrito por Héctor Alfredo Millán

Foto por Cesar Giraud 787-457-2293 cgphotography@gmail.com