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Escuchamos a diario historia tras historia de hermanos puertorriqueños que se acogen a la ley de quiebra.  Vivimos en una cultura altamente consumista, queremos impresionar personas que no son importantes en nuestra vida con artículos, vestimenta, zapatos, prendas, muebles, etc. que no tenemos dinero para pagar.  Nos anuncian visita y queremos que esas personas, que apenas conocemos, vean colgado de la pared aquél cuadro que nos pareció bonito.  Lo cargas a una tarjeta que llegó por correo, lo cuelgas y la visita no vino, pero ya lo compraste.  Vamos a cenar con unos amigos y no sólo gastas de más en el restaurante, ingeriste calorías que no necesitas (ya estás gordito).  Te compraste desde ropa interior hasta zapatos, que no necesitamos (solo dos pies) pues tenemos muchos pares en el closet.

La vida es sólo una, vale la pena gastarla de forma adecuada, con paz en el corazón que sólo se alcanza  cuando puedes dormir cada noche sabiendo que tú y los tuyos tienen seguridad financiera, que puedes mantener tu casa y a tus hijos como Dios manda:  administrando bien.

Lucas 12:42, ¿Quién es el mayordomo fiel? Un mayordomo es aquel que administra los bienes de otro, es aquel que entiende que lo que tiene no le pertenece.

Los seres humanos venimos al mundo sin ninguna pertenencia, nacemos desnudos, y desnudos nos iremos. Todo lo que posees te lo ha prestado el Señor para que lo administres. Es una gran oportunidad de lucirnos. Demuestra cuán agradecido estás de aquello que has recibido. Tu prudencia está siendo probada.  La Biblia dice, si en lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré. Esta promesa de ponerte en lo mucho está condicionada a la fidelidad que demuestres cuando tienes poco.  Son niveles de prosperidad.

Dios espera que sus hijos reciban la bendición cuando la necesitan, para esto usará otros hijos.  Si hoy tienes techo, comida, salud, familia, ropa y otras cosas que necesitas es porque ya te fue dado.  ¿A quién usó Dios?  En cada caso es diferente la fuente de esa provisión.  Agradece la fuente divina primero y luego la mano que te la proporcionó aquí en la tierra. Recuerda que aquí en la tierra tú eres los ojos y los oídos del Señor.  Tú eres el mayordomo en quien el Señor deposita su confianza, tu trabajo es usar los recursos eficiente y sabiamente.

Tu fidelidad y prudencia al administrar te será recompensada. Escuché en estos días de un papá que se declaró en quiebra para no pagar pensión alimenticia a sus hijas menores de edad, ¡qué barbaridad! Pido al Señor que tenga misericordia de esa persona, pues de administrador, de prudente y de papá tiene poco.

Es hora de hacer lo preciso. Si el Señor Jesucristo viniera hoy, ¿cómo juzgará lo que has hecho con lo que has recibido?