“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.”

-Malaquías 4:5-6

Esta profecía nos presenta la solución de Dios a uno de los problemas más grandes de todos los siglos: la mala relación entre padres e hijos.

¿Cuándo llegaría esta solución? Según la profecía, cuando llegue Elías. Jesús explica que Juan Bautista fue el Elías profetizado (Mateo 17:11-13). Juan Bautista abrió el camino para el ministerio de Jesús, marcando oficialmente el inicio del tiempo del Nuevo Pacto, identificado por la gracia y la verdad, y confiado a la iglesia de Jesucristo.

La profecía en Malaquías 4:5-6 nos expone que habría una unción particular que comenzaría a operar en el tiempo de la iglesia de Jesucristo: una unción para restaurar relaciones entre padres e hijos.

Yo he visto esto en la iglesia una y otra vez. Jóvenes rebeldes, que cuando Dios los toca con su presencia, se arrepienten delante de Dios, su Padre Celestial. Pero algo más sucede ahí. He visto que, al reconciliar la relación con su Padre Celestial, parte de ese arrepentimiento también se manifiesta en la reconciliación con sus padres biológicos. A mí también me pasó, despertó en mí una necesidad de pedirle perdón a mis padres y comenzar a honrarlos como debo. Cuando Dios me tocó, mi corazón se volvió hacia mis padres para restaurar mi relación con ellos.

He visto también, una y otra vez, hombres adultos llegar a la iglesia y cuentan que no tienen relación con sus hijos hace años. Pero cuando Dios los toca y comienzan a responder a la Palabra, al poco tiempo están buscando a sus hijos nuevamente, tal como fue profetizado: “Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos”.

He visto también un fenómeno que me parece más interesante aun: personas de todo tipo, hombres, mujeres, jóvenes y adultos, que no tuvieron buena relación con sus padres biológicos, y encuentran sanidad en este tema mediante la relación con sus pastores.

¿Por qué es esto? Porque, tal como fue profetizado, el tiempo de la iglesia marca el inicio de una unción que estaría operando para restaurar el tema de la paternidad.

Se vieron destellos de esto desde el Antiguo Testamento:

El profeta Elías reclutó a Eliseo para formarlo también como profeta y la relación que tuvieron la podríamos catalogar de diferentes formas: Elías para Eliseo pudo haber sido un mentor, un líder, un profeta, un maestro y un pastor. La pregunta es: ¿cómo le llamó Eliseo? En el momento de su despedida, cuando Elías fue llevado a la presencia de Dios, Eliseo le llamó de la siguiente forma:

“Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes.”

-2 Reyes 2:11-12

Le llamó “padre mío”. Eliseo veía a Elías como un padre. Algo habrá hecho Elías para ganarse ese reconocimiento. Posiblemente lo habrá impulsado, como un padre provee, protege e impulsa a sus hijos.

Cuando Jesús llega al panorama, enfatiza este modelo de relación con sus discípulos:

“Cuando Judas hubo salido, Jesús dijo: —Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios glorificará al Hijo en sí mismo, y lo hará muy pronto. »Mis queridos hijos, poco tiempo me queda para estar con ustedes. Me buscarán, y lo que antes les dije a los judíos, ahora se lo digo a ustedes: Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.”

– Juan 13:31-33 NVI

(Dato curioso: Jesús no se refirió a ellos como hijos, hasta que Judas salió, porque no todos los que son discípulos, son hijos. La relación de paternidad espiritual es otro nivel de sentido de pertenencia en la casa.)

Luego, el Apóstol Pablo repite el modelaje establecido por el Señor Jesús:

“No les escribo estas cosas para avergonzarlos, sino para advertirles como mis amados hijos. Pues, aunque tuvieran diez mil maestros que les enseñaran acerca de Cristo, tienen solo un padre espiritual. Pues me convertí en su padre en Cristo Jesús cuando les prediqué la Buena Noticia.”

– 1 Corintios 4:14 NVI

“Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza, a Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Que Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te concedan gracia, misericordia y paz.”

-1 Timoteo 1:1 NVI

Me parece interesante que se refiere a Timoteo como su “verdadero hijo en la fe”, e inmediatamente después lo bendice diciendo: “Que Dios el Padre” le conceda gracia. La relación con un pastor jamás opacará la relación con el verdadero Padre Celestial. Por el contrario: Un verdadero pastor y padre espiritual siempre señalará a los hijos espirituales hacia el Padre Celestial.

La paternidad espiritual no tiene nada que ver con títulos, tiene que ver con relación.

Tiene que ver con el cuidado de hijos espirituales. Tiene que ver con impulsar la iglesia. Así como en lo natural, los padres deben impulsar a sus hijos para que lleguen a ser todo lo que puedan ser, así mismo en lo espiritual, los padres espirituales deben impulsar a los hijos en la fe a alcanzar los propósitos del Padre Celestial para con ellos.

El peligro, el mal uso y el abuso de la paternidad espiritual se encuentra en la idolatría de la figura del pastor. Pastores que exigen que sean llamados “padre”, “madre”, “papá” o “mamá”, y por encima de eso, demuestran poco interés en el bienestar de sus (supuestos) hijos espirituales, son iguales a los fariseos que Jesús reprendió en Mateo 23:9.

Pero cuando se da esta relación de forma saludable, trae sanidad sobre las vidas, porque hay pocas cosas tan dolorosas, como el abandono de un papá. Llegar a una casa de fe en donde hay pastores dispuestos a cuidar e impulsar a la iglesia, definitivamente puede servir para llenar vacíos y carencias del pasado.

Este breve estudio es parte de un mensaje que prediqué recientemente, titulado “Job no tuvo Iglesia (P2)”, puedes ver el mensaje completo aquí: