En varias predicaciones he escuchado que la matemática de Dios es diferente a la nuestra porque en nuestra matemática todo número multiplicado por cero es igual a cero. No descarto que Dios pueda utilizar una matemática celestial, pero pensaba que posiblemente en este versículo Dios estaba queriendo hablar nuestro idioma.
¿Nuestro idioma? Bueno, resulta que en nuestros momentos de cansancio y de desesperación cuando queremos rendirnos solemos decir: “ya no puedo más, ya no tengo fuerzas para continuar”, para que podamos entender que él quiere multiplicar nuestras fuerzas utiliza una frase que solemos decir y nos indica lo que quiere hacer con nosotros: multiplicar nuestras fuerzas. Cuando creemos que se nos han acabado las fuerzas AUN QUEDA UN POCO MÁS que quizás no hemos percibido y Dios – que conoce todas las cosas- las multiplica. Piensa si acaso después de haber pasado la tempestad no tienes fuerza para enfrentar cosas aun más difíciles.