“Estoy convencido de que seguiré con vida para continuar ayudándolos a todos ustedes a crecer y a experimentar la alegría de su fe.” – Filipenses 1:25
La actitud de un bendecido frente a la vida es de progreso y gozo donde las circunstancias externas nunca serán mayores que Aquél que nos habita.
“Mayor es el que está en nosotros, que aquel que está en el mundo”.
La actitud es la postura y comportamiento de ánimo que manifestamos desde nuestro interior. Una mala actitud crea ambientes hostiles y pesados, una buena actitud crea ambientes de buen ánimo y alegría.
Los hijos de Dios hemos sido bendecidos (Efesios 1:3), marcados desde la eternidad con una palabra, y esa palabra nos impulsa al progreso del evangelio en continuo gozo. El gozo del apóstol Pablo era el progreso del evangelio (buenas noticias) y la formación de Cristo en los creyentes.
El mundo, si te ve con un buen empleo, negocio, un buen carro, una buena casa y viajando, para ellos eso es progreso, de manera que a Pablo lo categorizarían como un fracasado. Aunque Dios no está en contra de tu progreso en cuanto adquirir cosas materiales, el verdadero progreso del creyente fluye desde el interior. Si el progreso del creyente es basado en cosas externas y posesiones materiales, la iglesia está en fracaso y Hollywood está en progreso.
Una persona puede tener todo el dinero del mundo y cualquier problema o crisis lo deprime, lo derrumba, lo desanima; pero un bendecido, aunque no tenga un centavo en su bolsillo porque está pasando una circunstancia temporera de escasez, puede levantar sus manos en adoración al Padre y decir como el profeta Habacuc: “aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales”, en otras palabras, aunque esté en bancarrota, con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación.
Como ustedes saben, la carta a los Filipenses fue escrita por Pablo desde la prisión. Esta iglesia fue fundada por el apóstol Pablo y la carta se conoce como la carta de gozo. Si hay algo que el creyente del siglo XXI debe manifestar es gozo. Porque gozo es fruto del Espíritu Santo. Gozo no es algo que viene de afuera a ti, es algo que sale dentro de ti.
La palabra gozo es chara en griego que, entre algunas cosas, significa “delicia calmada”.
“Pues el Reino de Dios no se trata de lo que comemos o bebemos, sino llevar una vida de bondad, paz y gozo en el Espíritu Santo” –Romanos 14:17
Cristo dijo que cuando fuera resucitado tendríamos un gozo que no podrá ser quitado.
David en el antiguo pacto entendió está verdad cuando dijo “vuélveme el gozo de tu salvación”, fue el mismo que dijo “en su presencia hay plenitud de gozo”.
De manera que para David, la presencia de Dios y la salvación de Dios eran motivos de gozo. Eso fue David que vivió en un pacto que iba a caducar, ahora nosotros somos hijos guiados por Dios y fuimos resucitados y sentados con Cristo en lugares celestiales.
Estoy seguro que hay más de cuatro principios que nos mantendrán en el progreso y gozo de la fe. Pero quiero mencionar cuatro para esta ocasión:
- Dios termina lo que comienza (Filipenses 1:6)
*Si Dios comenzó una buena obra en ti es porque ya la terminó. (Jeremías 1:5)
Tenemos que abrazar la buena obra de Dios. Buenas obras, buena dádiva, buena batalla de la fe. La obra de Dios en nuestras vidas es buena de principio a fin, aunque a nuestra percepción no lo sea. Tu percepción no cambia la esencia de su bondad. Lo que pasa es que la manera en que Dios nos perfecciona o madura en la fe es través de pruebas y tribulaciones y eso no nos gusta. Somos perfectos en el espíritu por medio del sacrificio redentor de Jesús, pero en nuestra experiencia de fe estamos siendo madurados. (Santiago 1:2-4)
El saber que Dios termina lo que comienza, produce una expectativa de progreso y gozo en mi vida.
2- Su voluntad reinará siempre (Filipenses 2:13)
Voluntad en griego es eudokia = satisfacción, deleite, deseo y buen placer.
Muchos quieren saber la voluntad de Dios, pocos quieren hacer la voluntad de Dios. Jesús vino a ejecutar la voluntad del Padre en la tierra, nosotros como hijos de Dios debemos ejecutar la voluntad del Padre en la tierra. Su voluntad, El la va a producir, la va a germinar en el corazón de cada generación.
3- El pasado no te puede detener (Filipenses 2:12-14)
Tienes que amar más el futuro que tu pasado, pero aprender a gozarte en tu presente porque es donde siempre vivirás. Estas son buenas noticias para gente que a lo mejor su pasado no fue muy elegante ni estuvo lleno de muchos éxitos, pero las misericordias del Señor son nuevas cada día y ni el pasado, ni mis errores, ni aún mis éxitos del ayer me podrán detener. Mi actitud es de progreso, de avance, de crecimiento, de ascensión y vanguardia. Dios me lleva de gloria en gloria, de poder en poder, de manifestación en manifestación.
Tu sufrimiento actual no debe detenerte en el progreso del evangelio, porque desde tu sufrimiento te puedes gozar viendo lo que vas a manifestar y las vidas que vas a tocar.
¿Más práctico? Usted comenzó una dieta, ejercicios, una nueva disciplina y se sufre, pero tú te imaginas estar en el peso ideal y tienes un retrato mental de cómo te verás; entonces el sufrimiento de la disciplina para lograr tu objetivo es desde una postura de gozo. Esto duele pero yo sé lo que viene; esto es un sacrificio pero yo sé lo que viene; esto me va a costar pero yo sé lo que viene; esto causará críticas pero yo sé lo que viene; esto me incomodará pero yo sé lo que viene; esto va aparentar un fracaso a la vista de otros pero yo sé lo que viene; esto me limitará de hacer algunas cosas pero yo sé lo que viene. Lo que viene es más grande que lo que mis ojos ven hoy. (Efesios 3:20)
El saber que el pasado no me puede detener, produce progreso y gozo.
4- Dios siempre proveerá (Filipenses 4:19)
La palabra suplirá en griego es pleroo y significa = repleto, llenar una red completa, llenarlo hasta arriba, satisfacer y amueblar una oficina.
Dios siempre pleroo, por lo tanto el afán, la ansiedad y el temor no podrán gobernar en mi corazón porque El siempre proveerá.
Sus riquezas en gloria afectarán abundantemente mi entorno.
Saber que nada me faltará en mi jornada de fe produce una actitud de bendecido en el progreso del evangelio y el gozo de nuestra redención y salvación.
–Jorge Clavell, Pastor Y Colaborador
Centro de la Familia Cristiana de Poinciana, FL