Cuando llegas a una iglesia nueva, esa primera etapa es generalmente como un “honeymoon”. Todo es gozo y expectativa ante las nuevas relaciones y experiencias que se están teniendo.

Pero igual que en el matrimonio, luego del honeymoon viene la realidad de la convivencia. Ahí se descubre que ninguna relación es perfecta. En algún momento habrá diferencias.

¿Sabes qué? El matrimonio no tiene que ser perfecto, para ser EXQUISITO, EXCELENTE Y ENRIQUECEDOR.

De hecho, los mayores tesoros en el matrimonio no se descubren en el honeymoon, sino en las reconciliaciones que se dan después de resolver conflictos.

¿Por qué? Porque en la resolución de conflictos ambos crecemos.

Así mismo es en la iglesia. Ninguna iglesia es perfecta. Me atrevo decir que, si te comprometes en cualquier iglesia, tarde o temprano vas a tener conflictos con alguien. También me atrevo decir que así debe ser, porque la iglesia debería ser un lugar en donde podamos crecer en amor.

¿Cómo vamos a crecer en amor, si evadimos las oportunidades que recibimos para perdonar y hacer sacrificios por el bien de otros? (Eso es un conflicto interpersonal, cuando lo miramos a través de los ojos de Dios)

“Como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con su amigo.” -Proverbios 27:17 NTV

El honeymoon es bueno, pero persevera en los procesos y descubrirás la verdadera bendición de la unidad. (esto aplica a la iglesia y también al matrimonio)