Vemos delante de nuestros ojos el cumplimiento de las señales profetizadas en las escrituras cuando nuestro Señor dijo en Mateo 24 que vendrían pestes (plagas).

El mundo toma estos acontecimientos de 2 formas: relajo, o crisis (pánico, ansiedad, miedo). En ambas, el enemigo aprovecha para impulsar rebeldía contra el Señor.

Los creyentes estamos en el mundo pero no somos del mundo. Entendemos que la agenda del Reino avanza. Entendemos que es tiempo de aceleramiento profético. Tiempo en que todo cobra sentido en cuanto a los propósitos de Dios.

“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”‭‭Romanos‬ ‭11:36‬

‭Dios nos hace un llamado a gritos a tomar las cosas espirituales con mayor seriedad. No respondemos con mayor rebeldía, sino con mayor compromiso delante del Señor.

Es tiempo de reconciliarnos con el Señor, pues Su venida se acerca. No buscamos al Señor por temor, lo adoramos por fe, agradecimiento y amor; pero sí tenemos temor de Dios, pues las escrituras se seguirán cumpliendo.

Es tiempo de orar más, ayunar más, estudiar más la Palabra, guardarnos en mayor santidad, rendirnos más delante del Rey, obedecerle más y alinearnos más a sus planes.

¿Cuál es el rol de la iglesia en estos tiempos?

“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.”‭‭S. Mateo‬ ‭16:18-19‬

‭2 puntos importantes aquí:

1. Las puertas del Hades no prevalecerán contra la iglesia. El Reino de Dios no entra en crisis, no se enferma, no experimenta escasez, no es derrotado. Este es el sistema al cual la iglesia es llamada a recibir y vivir. Lo recibimos y lo vivimos por fe. Mientras vivamos creyendo y obedeciendo los principios Bíblicos, no seremos derrotados. ¡Fuera el temor!

2. A nosotros, la iglesia, se nos han entregado las llaves del Reino de los Cielos. Las llaves abren y cierran puertas. La iglesia, este ente colectivo de hijos e hijas de Dios, hemos sido delegados la autoridad y responsabilidad de abrir o cerrar el acceso del mundo al Cielo. (Selah)

Cristo murió por amor al mundo, para darnos a todos los pecadores una oportunidad de salvación (Juan 3:16). Nosotros que ya hemos entendido esto y hemos aceptado ya el llamado, hemos sido empoderados con 2 llaves fuertes que abren las puertas del Cielo delante de un mundo perdido: la predicación del Evangelio de Jesucristo y la unción del Espíritu Santo.

Es tiempo de avivarnos, todos, individualmente y sobre todo unidos en nuestras congregaciones, para encender la llama del Espíritu Santo que desata consuelo y claridad sobre las naciones.

Es tiempo de mayor unidad, para que cada congregación pueda ser más efectiva en predicarle el Evangelio a un mundo hambriento por respuestas. Tenemos la respuesta: Cristo. Por Su gracia, nos llama a una relación con el Padre, nos ofrece perdón, sanidad, propósito y vida eterna.

Iglesia, este es el tiempo de Dios.